La traición a la Guardia Civil

Definitivamente la Guardia Civil nos deja por culpa de los intereses de unos políticos que, en algunos casos, fueron protegidos por estos guardias civiles ante los atentados realizados por los terroristas de ETA. La Guardia Civil lleva muchos años en las carreteras navarras ocupándose de la protección de los navarros, primero en los caminos y luego en las carreteras. En 1845 los Guardias Civiles le salvaron la vida en un ventisquero a un anciano que conducía un carro con dos vacas. En Cortes en 1879 recorrían los Guardias Civiles el monte de la Bardena, encontraron en Balderromaldo un carro volcado con paja. No encontraron al que debía pertenecer y decidieron levantar las caballerías. Oyeron entre la paja lamentos de alguna persona, sacaron al hombre que era el conductor del carro, lo llevaron al pueblo de inmediato y todo el pueblo los recibieron con cariñosas demostraciones de afecto.

El 28 de enero de 1938 caía al río Araxes un autobús de La Roncalesa con 24 viajeros. Hubo tres muertos y 20 heridos, fue avisada la Guardia Civil, y por la noche estuvo la Benemérita controlando el lugar del accidente y el río por si aparecían más víctimas. El 19 de octubre de 1963 en el término municipal de Estella, cayó al río Urederra el autobús del servicio regular de viajeros Legaria-Estella. Murieron 7 ahogados por inmersión, un herido grave y veintiséis leves. Fuerzas del Cuerpo del Puesto de Estella y el destacamento de Tráfico de esa zona, cooperaron eficazmente en el rescate de los viajeros.

Podemos citar muchas más situaciones que se dieron, pero esto da lo mismo a los políticos, da lo mismo demostrar que históricamente la Guardia Civil tiene todo el derecho a recorrer nuestras carreteras. Los políticos han ganado a la razón, los costes económicos que nos va a suponer a los navarros y a la historia.