La artista donostiarra Helena Elbusto, una dadaísta militante, en La Fábrica de Gomas de Pamplona

Los 'tussie mussies' eran esos broches de plata o bronce en los que la gente de la 'belle époque', a principios de siglo XX, insertaba una flor para ir al teatro, al cine o a un espectáculo. Las sesiones entonces eran muy seguidas, una detrás de otra, y los tussie mussies -con una rosa o una magnolia, pero una flor aromática en cualquier caso- les ayudaban a respirar en ese ambiente cargado de humanidad. La artista donostiarra Helena Elbusto expone una suerte de 'tussie mussies' propios en La Fábrica de Gomas de Pamplona, pero de 1,70 metros, incluso hay uno de 3,40 metros, porque ella es una dadaísta militante. Es más, una cita del poeta del absurdo Tristan Tzara avisa ya desde el cartel: “El valor del arte radica en su capacidad de desafiar y cuestionar las normas establecidas”. Helena Elbusto está convencida de que los espectadores que visiten la muestra se sorprenderán. La exposición, titulada 'Conglomérat', estará abierta hasta el 10 de mayo. 'Conglomérat' es una palabra inventada por ella. “El dadaísmo intentaba justamente no atar las cosas, no definirlas, porque creía que era la forma de matar y de limitar demasiado la creatividad y no darle toda su amplitud”, recuerda. Admite, eso sí, que se acerca a otro vocablo que sí existe, 'conglomerado', que es un poco lo que pasa en una exposición que presenta juntas obras de distintos formatos. Están las piezas más tridimensionales que están colgadas desde la pared o incluso alguna desde el techo, pero también hay fotografía y vídeo, por la necesidad suya de movimiento. “Es como un guiño al teatro, tiene que ver con mi raíz como bailarina”, señala. Los materiales tampoco son corrientes. Helena Elbusto trabaja el papel de periódico con hilo de cobre o de bronce. Extrae unas tiras que va enroscando y a su vez las va reenvolviendo, o recubriendo, con el hilo metálico para que se convierta en una materia maleable. De ese modo consigue doblar, enroscar o rizar; crea un volumen de carácter orgánico, a veces más abstracto y otras de aspecto más floral, que ha ido titulando 'Tussie mussie I', 'Tussie mussie II'... y así hasta VIII. Si antiguamente el artista que era pintor moría siendo pintor, Helena Elbusto ve hoy el arte como algo multidisciplinar, y que al menos a ella según el tema que quiera desarrollar le hace recurrir a la fotografía, el vídeo, la instalación o la escultura. Empezó con la pintura.Es licenciada en Bellas Artes y su especialidad es ésa. Lo que pasa es que, de forma paralela, entró en la Fundición, un centro de danza contemporánea y de la danza teatro. Y estuvo durante cinco años en la compañía del coreógrafo Luke Tawa. Poco a poco ambos mundos fueron fundiéndose. “Terminé casi haciendo instalaciones, en los años 90, cuando aquí prácticamente nadie hacía esto”, dice. “Y la verdad es que en este caminar sola fui también cogiendo cada vez más seguridad en el tiempo y en los proyectos que han ido sucediéndose uno detrás de otro”, asegura. Es la primera vez que expone en Pamplona y es algo que le hace especial ilusión. Su padre nació en un pueblecito de Estella, Zurukuain, y tiene varios tíos en Pamplona que estuvieron en la inauguración de la exposición. “Pamplona era algo que necesitaba en algún momento acercarme, por esa relación familiar”, asegura. Ella, sin embargo, nació en París. Su padre era constructor, empezó a trabajar en España pero tenía “unas ambiciones más progresistas”, explica, y se acercó a París, donde montó su propia empresa. Allí nació Helena en 1966. A los 7 años la familia dejó Francia y decidió instalarse en San Sebastián. Ella continuó sus estudios en un liceo francés porque no sabía nada de español. Por eso los títulos de sus obras casi siempre tienen un nombre o alguna connotación francesa. “Yo a París, aparte de que vivimos muy cerca de Francia, vamos prácticamente todas las semanas, nos acercamos a veces a Biarritz, y a París he ido casi todos los años”, asegura. La impronta francesa está presente en su viday su obra. La artística, también. Desde pequeñita mostró que tenía ese impulso. “La educación en Francia estaba un poco más adelantada y en el propio centro escolar había clase de ballet, danza clásica, hacíamos solfeo y tocábamos, hacíamos coral y todo”, apunta. Cuando llegó a San Sebastián entró en dos talleres privados. Una era con Victoria Montolivo, que era una pintora surrealista que le enseñó a dibujar. “De ahí mi dibujo espléndido, no es por nada, porque en la facultad saqué siempre matrícula en dibujo”, explica. Más tarde entró en la academia del pintor Julián Ugarte. Y, aún así, le quedan ganas también de hablar del arte de otros. Elbusto creó hace 12 años un programa de televisión que se titula 'Versión de Arte', en el que hace charlas y encuentros con pintores, escultores, bailarines y escritores. “Se trata de escuchar a la gente y ver cómo ellos han ido desarrollando su camino, qué pasos han hecho, qué están haciendo, cómo piensan, cómo valoran el arte”, sitúa. “En fin, cómo nos contagian la necesidad de ser cultos y tener aprecio y respeto hacia el trabajo de los demás”, añade. El programa se emite en los canales locales Teledonosti, Telebilbao y Televitoria. También ha trabajado como comisaria con varias instituciones. El arte es su vida, admite. “Aquí no hay fines de semana que descanses, ni Navidades, ni Semana Santa, seguimos siempre trabajando”, concede. “Es una actitud que no termina, siempre está ahí presente, siempre tenemos la mirada como lejana, estamos paseando y estás viendo algo, una luz, un ruido, un movimiento de la gente... Todo te puede inspirar y todo te puede conectar otra vez con la emoción”, resume.

La artista donostiarra Helena Elbusto, una dadaísta militante, en La Fábrica de Gomas de Pamplona

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