Eunate Arraiza: "Siempre he sido rojilla y tenía la ilusión de venir a Osasuna desde pequeña"

Eunate Arraiza tiene un halo especial. Se ha ganado a pulso ser una institución en el fútbol nacional y, por supuesto, en el navarro. Personalidad, carácter, calidad, palmarés y un perfil humano que ha roto barreras le imprimen a la futbolista de Biurrun un estatus de leyenda. A sus 33 años, después de 12 en el Athletic, va a jugar por fin en Osasuna. Era la obsesión del que fue su entrenador en Lagunak, Josu Domínguez, con el que se ha reencontrado en Tajonar. El técnico quería contar con Eunate para el nuevo proyecto y, aunque no ha sido nada sencillo, ya es una realidad. Por fin en Osasuna, Eunate. ¿Cómo se siente vestida de rojilla? Es una ilusión que tenía desde pequeñica, porque siempre he sido rojilla. En mi entorno lo saben y tenía esa ilusión por en algún momento de mi vida venir a Osasuna. Que podía haber venido antes o después... pero tenía que venir. Sé de dónde soy y eso me tira bastante. Es de Biurrun y tiene amigos rojillos. ¿Han bromeado con usted todo este tiempo que ha estado en el Athletic? Mi cuadrilla de Biurrun siempre me ha apoyado estando en el Athletic, pero es verdad que ha habido bromas. Es normal que haya ese pique o vacile porque en Biurrun son muy rojillos. Me decían que tenía que vestir la camiseta de Osasuna, por los críos, la familia... Pero los comentarios siempre han sido muy buenos. En Osasuna le habrán recibido a lo grande. Vengo como una jugadora más, por mucho que haya estado en un equipo histórico de Primera. Yo voy a aportar tanto dentro como fuera. Soy humilde, trabajadora y cercana. Donde más hablo en el campo pero también me gusta ayudar a las compañeras, a las jóvenes, a las veteranas, al cuerpo técnico... Me han recibido con los brazos abiertos. Para Josu era un sueño contar con usted, pero no ha sido fácil su fichaje. ¿Cómo se entera de que le quiere Osasuna? Osasuna siempre ha estado ahí. El Athletic decide no contar conmigo pero yo lo sabía hace mucho. Me lo confirmaron oficialmente hacia marzo y entonces empecé a valorar. Osasuna me llamó y también había equipos de Primera francesa, pero me decanté por venir aquí. No ha sido una decisión fácil, no por tema económico ni por bajar de categoría, no le doy importancia a esas cosas. Quería estar a gusto. Fue un palo duro que no quisieran contar conmigo, no es fácil después de 12 años allí. Han sido bonitos e intensos y he cumplido muchos objetivos, pero todavía tengo muchos por cumplir en Osasuna. Menuda despedida le hicieron en el Athletic en San Mamés. Fue muy bonita y emotiva. Me emocioné bastante -se le quiebra la voz-, fue un día muy duro, la semana fue muy larga porque tenía dudas en qué hacer con mi futuro. Éramos las tres jugadoras que quedaban que habían ganado la Liga -las otras son Yulema Corres y Garazi Murua-. Estaba mi familia, mis amigos, mis compañeras... fue bonito. Después me centré en el partido, como he hecho siempre, y creo que me salió bien. Luego me cambiaron y la gente me aplaudió. Fui al banquillo y me eché a llorar, se me vino el mundo encima. No me lo creía, estaba en una nube de muchos sentimientos. Pero creo que he dejado una buena huella en el Athletic. Soy una persona trabajadora, que he roto muchas barreras y quiero seguir haciéndolo. Josu era su entrenador en Lagunak cuando tenía 16. Ahora tiene 33. ¿Qué ha cambiado en Eunate? He cambiado, pero no mi forma de ser. He mejorado muchísimo futbolísticamente. Empecé con 8 años en fútbol sala en Barañáin y estuve en Lagunak hasta los 20 cuando fui al Athletic. Soy abierta, humilde, la gente que me conocéis ya lo sabéis, he madurado como persona, pero siempre he sido la misma. Ha dicho que quiere cumplir nuevos sueños en Osasuna. ¿Cuáles son? Estar en la fase de ascenso y subir a Primera. Siempre he seguido a Osasuna, toda la vida, y sé que llevan seis años intentando subir y como navarra me hacía ilusión que lo consiguieran. Ahora que estoy en Osasuna lo primero es ser realista y conseguir la permanencia. Y a largo plazo pelear por la fase de ascenso. Queremos ese sueño, que no va a ser fácil. Cada vez hay más competitividad tanto en Primera como en nuestra categoría. Ha firmado dos temporadas. ¿Qué se ha encontrado en el vestuario de Osasuna? ¿Le ha sorprendido algo del club? Ya había venido a Tajonar, tanto a verles como con la selección navarra a jugar. Y conocía a Josu, Mai Garde o Miriam Rivas... Navarra es un pañuelo. Me han recibido con los brazos abiertos. He encontrado un vestuario muy bueno, congenias más con unas que con otras, pero nos estamos conociendo. La gente joven es muy buena pero tiene que dar ese salto de madurez. Jóvenes y veteranas tenemos que ayudarnos. A ver si este año va bien y todas aportamos lo que podamos. Eunate es muy versátil, ¿dónde quiere jugar en Osasuna? Hasta el año pasado, que no jugué nada en el Athletic, he aprendido a jugar de todo, aunque he jugado más de extremo y lateral. Aquí nadie tiene claro que vaya a jugar, yo la primera. Me da igual en defensa o en el medio, yo quiero ayudar. Y si no me pone en el entrenador, apoyar en el banquillo o la grada. Sé que puedo mejorar cada día y tengo que aprender. ¿Cómo es Eunate cuando no está con el balón? Cuando estaba fuera de casa, venía a Biurrun a desconectar. Ahora que estoy en Tajonar, también lo haré. Mi familia es agricultora y ganadera y me gusta ayudar a mis padres, mis hermanas y mis tíos en la huerta y la granja. He estudiado lengua de signos, deporte y ganadería. Ahora mismo no sé por qué camino seguir. ¿Y concretamente qué tareas hace en casa? Tenemos una granja de cerdos, vigilar si tienen agua y comida. Si alguno ha muerto, sacarlo. Que los animales estén bien. Y en la huerta, coger tomate, pepino, regar un poco, la cosecha... El mundo del campo me gusta mucho de pequeña. ¿Y qué le diría a la afición de Osasuna para esta temporada? Pido que tanto en El Sadar como en Tajonar nos animen desde el primer día. Ese calor y ese cariño se nota mucho. Les digo que vayan a animarnos porque entre todos conseguiremos el objetivo. Que vamos a pelear como buenos navarros. Los padres de Eunate, Lourdes y Álvaro, descubrieron que su hija era sorda cuando sólo tenía 2 años. Ha pasado de jugar con audífonos a llevar un implante coclear, a sorprender por su capacidad de superación y ser una cara visible de las personas con discapacidad auditiva. Como ella afirma, ha roto barreras “dentro y fuera”. Cara visible de numerosas campañas de integración, la futbolista navarra es una pionera en esta lucha, ya que dio el paso adelante cuando nadie antes que ella había jugado de forma profesional siendo sorda. “Al principio no había gente que jugase con una discapacidad. Yo quería hacer algo para que la gente que tuviera problemas se animara a jugar. Si yo había podido, cualquier persona podía, en cualquier categoría y deporte. Había árbitros que al principio me decían que no podía jugar porque con el aparato podía hacer daño a una jugadora. Yo les decía que a la única que podía hacer daño era a mí misma. Son detalles pero así se rompen barreras. Y con el tiempo he conseguido que vengan padres a preguntarme qué pueden hacer para que juegue su hijo con una discapacidad”, explica Eunate. La visibilización que ha llevado a cabo la ha hecho sin ningún afán de protagonismo. “Nunca me ha gustado ser protagonista, pero si no lo hace nadie, alguna persona lo tendrá que hacer. Virginia Torrecilla dio el paso con su caso -superó un cáncer-, yo lo di con el mío. Entre todas vamos aportando nuestro grano de arena por una sociedad con más igualdad”, repasa la navarra. A pesar de que el fútbol es muchas veces un nido de comentarios negativos, no ha sido el caso de Eunate. “Soy sorda, no tengo nada que esconder. No he recibido nada negativo. Sí que es verdad que en el campo, a mil revoluciones, o según la posición, a veces no oyes. Algún entrenador decía ‘esta escucha cuando quiere’, pero no le he dado importancia, son personas que no merecen la pena”, zanja la de Biurrun.

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