Pasada la hora y veinte, rozando los 700 pelotazos, el derechazo de Bikuña besó el colchón superior del Labrit. Justo entonces, Iker Salaberria se desplomó exhausto al suelo, mientras Andoni Gaskue se persignaba y marcaba al cielo con su índice derecho. Su primera txapela tenía como destinatario a su abuelo Ignacio, fallecido justo hace un mes. Y después La Bombonera estalló de alegría para los pelotaris más pequeños del Parejas Serie B, que ayer se hicieron gigantes de la pelota y el sufrimiento para conquistar la txapela 18-22 ante Egiguren V-Bikuña.
Las txapelas sufridas saben mejor, dejan un poso distinto. Sudaron sangre los navarros de Aspe para doblegar a sus compañeros de empresa. Egiguren V y Bikuña además de sacarles cabeza y media, eran y son dos pelotaris más largos y de mayor potencia que ellos. Pero Salaberria y Gaskue exprimieron toda la pelota y la resistencia que encierran -que es casi infinita- para convertirse en campeones.
EGIGUREN V-BIKUÑA 18
SALABERRIA-GASKUE 22
Frontón. Labrit. Lleno. 1.00 espectadores.
Marcador. 0-1, 2-1, 2-2, 4-2, 4-3, 5-3, 5-4, 6-4, 6-11, 7-11, 7-13, 8-13, 8-16, 9-16, 9-17, 16-17, 16-19, 17-19, 17-21, 18-21 y 18-22.
Duración: 83:24 minutos.
Pelotazos. 669.
Tantos con 10 pelotazos o más: 28. El más peloteado, el 7-12 (68).
Saques. 0 de Egiguren V, 3 de Salaberria.
Tantos hechos. 4 de Egiguren, 2 de Bikuña, 3 de Salaberria, 2 de Gaskue.
Tantos perdidos. 5 de Egiguren, 9 de Bikuña, 6 de Salaberria, 6 de Gaskue.
Dinero. De entrada, a la par.
Incidencias. En el 15-17 Bikuña tuvo que ser atendido en vestuarios. Siguió sin problemas.
La final arrancó fallona, propiciada por los nervios y la tensión. Del seis iguales en adelante los azules fueron poco a poco haciéndose con el juego y el marcador. Defendió lo indecible Salaberria y Gaskue se fue adueñando de la zaga. Ganó altura con criterio, fue acorralando a un Bikuña que no transmitía ninguna seguridad. Tres saques seguidos del goizuetarra, un pelotazo atrás de Gaskue y una volea posterior de Iker pusieron el 8-16, con una grada entregada cantando txapelak, txapelak.
Pero Salaberria-Gaskue no serían Salaberria-Gaskue sin el marchamo del sufrimiento. El zaguero de Larraintzar se resintió de la derecha. Olieron la sangre los colorados, se activó Egiguren que empezó a soltar estopa atrás, y fueron recortando diferencias hasta asomarse a un 16-17 y 17-19. Reventados, superada la hora, los 600 pelotazos, no les quedó otra que apretar los dientes y sufrir. Como todo el Parejas, como toda su carrera, como toda su vida... para hacerse gigantes.