Primar el interés del alumnado sobre las necesidades de los adultos

Poner el foco en el alumnado y que el resto de cuestiones- conciliaciones de las familias, horarios de los docentes-se quedan fuera del terreno de juego. Esa debería ser, a juicio del presidente del Consejo Escolar, el punto de partida en el tema de la jornada escolar. “Si no, cambiamos coordenadas y confundimos objetivos”, valoró. “Nos ha tocado elegir y para tomar la mejor decisión necesitamos saber. Cuanto más, mejor”, dijo Echarri (Herrikoa), que sin embargo admitió la dificultad de dejar al margen todas las circunstancias que condicionan el día a día de una familia. “Quizá tenemos que tomar decisiones que son superiores a nosotras como familias. Es evidente que deberíamos intentar primar el interés de nuestros hijos, pero el juego no es fácil porque intervienen otros factores”. Tanto es así que muchas veces el debate sobre la jornada termina siendo “una cuestión de adultos”. “Nos afecta sobre todo a nosotros y la miramos desde nuestra óptica, cuando el ejercicio debería ser qué necesitan nuestros hijos e hijas, que puede variar en función de la edad”, puntualizó. Para Del Arco (AFAPNA), la jornada continua es la que “responde a todas las situaciones” y ofrece “conciliación para todos”, porque se puede recoger al menor desde a las 14 horas, o después de comer, o tras la actividad de la tarde. EL PAPEL DEL CLAUSTRO Del Arco (AFAPNA) sacó a la palestra otra arista de la orden foral “que no ha sentado nada bien” a los enseñantes. Tiene que ver con el papel del claustro a la hora de impulsar o frenar el procedimiento de cambio de jornada: si antes su decisión “tenía peso”, con la nueva norma “el claustro es el último en votar” y “nuestra decisión no es vinculante”. “Nos sentimos ninguneados”, aseguró. En este punto, Martín sí se mostró abiertamente contrario a la queja de la docente. “Lo que no puede ser es que ningún grupo tenga la capacidad de bloquear al órgano que tiene que decidir, que es el consejo escolar, en el que estáis presentes. Y eso es lo que estaba ocurriendo antes de esta orden foral”, le recordó. “El claustro es el máximo órganos pedagógico, pero máximo órgano decisivo es el consejo escolar”, insistió. Hubo una pregunta del público en torno a esta cuestión. “Como familia, me siento muy secuestrada en la jornada continua. Una vez sale adelante, el procedimiento no vuelve a iniciarse en 4 años. Y en ese momento volveríamos a estar a merced del profesorado, que claramente quiere la continua. ¿Qué hacemos entonces los partidarios de la partida para que salga adelante?”, inquirió una madre. Martín, que alabó la estabilidad que supone no tener que volver a votar en 4 años, le recordó que solamente hace falta el voto del 25% del consejo escolar del centro para iniciar el proceso. “Si las familias lo decidís, se puede poner en marcha el proceso. Antes os habéis podido sentir bloqueados, pero no es el caso ahora”. Otra novedad que introduce la nueva norma es que, a partir del curso que viene, las actividades extraescolares que organizan las apymas no pueden coincidir en horario con las sesiones de atención al alumnado que los centros con jornada continua deben ofrecer por las tardes. Tendrán que ser después. “Nos parece un error”, opinó la representante de AFAPNA. El cambio de jornada tiene un impacto directo también en el número de alumnos y alumnas que utilizan el comedor. “Es evidente que con la partida, suben, y con la continua, bajan”, expuso Echarri. Eso hay que tenerlo en cuenta para “preparar a los centros”. “Nos llaman las apymas y nos dicen que nadie les ha preguntado sobre el comedor. Y hay algunos centros que no han vivido otra jornada que la continua desde hace muchísimos años. Creemos que Educación debe poner los recursos necesarios para que el comedor siga adelante. No puede ser que haya apymas que hayan comprado ellas las mesas y las sillas”, prosiguió la de Herrikoa. LA AUTONOMÍA DE LOS CENTROS Del Arco recordó que en años anteriores hubo centros que vieron denegada su solicitud de jornada continua por compartir transporte con otros de la misma localidad con jornada partida. “Eso generó mucho malestar”, recordó, pidiendo incentivar “la autonomía de cada colegio”. “Es cierto que comparten instalaciones y servicios pueden llegar a decisiones dispares y quizá no se respeto la autonomía. ¿Pero qué hacemos? ¿dividir servicios, crear nuevos espacios? Eso supone disparar el gasto y la sociedad se tiene que preguntar qué es lo importante”, valoró Martín. La representante de AFAPNA desmintió “el bulo” que sostiene que los docentes son proclives a la jornada continua porque de esta forma “trabajan menos horas”. “No es verdad, trabajamos igual, pero se distribuyen de distinta manera a lo largo del año”. “O incluso alguna hora más”, apoyó Martín. Para el alumnado la jornada de mañana supone 6 sesiones de 45 minutos con uno o dos recreos. “El rendimiento y la atención descienden mucho después de comer”, defendió Del Arco. Los maestros, sin embargo, tienen una hora más de jornada al día y por la tarde se hacen cargo de las actividades extraescolares o de atención al alumnado que garantizan que el horario para el alumno se alarga hasta las 16.30 horas y que son “voluntarias y gratuitas para el alumnado”. “En Navarra es obligatorio ofertarlas y se llevan a cabo por docentes del centro. Se consideran horario lectivo, aunque nosotros hemos pedido que se consideren docencia directa”.

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