El 29 de diciembre, a las 11 de la mañana en la catedral de Tudela y a las 5 de la tarde en la de Pamplona, la diócesis de Navarra abrirá oficialmente el Jubileo de la Esperanza, que acabará el 28 de diciembre de 2025, proclamado por el Papa Francisco. Serán 364 días para tratar de tener esperanza y de transmitirla, en especial a las personas más vulnerables.
El arzobispo Florencio Roselló ha nombrado a un delegado diocesano del Jubileo, con el fin de organizar y difundir los próximos meses, que se presumen cargados de actividades en las parroquias y sobre todo en las dos catedrales, que serán templos de peregrinaje para la diócesis. Esa persona es un seglar, Luis Javier Fortún, doctor en Historia, investigador, y actualmente prior de la Hermandad de la Pasión del Señor de Pamplona. Fortún inició en octubre un recorrido por los doce arciprestazgos de Navarra con el fin de explicar a sacerdotes y consejos parroquiales las claves del Jubileo, a través de un recorrido histórico y con un trazado del camino del Jubileo, de sus objetivos, sus fines y la manera de alcanzarlos. En las siguientes semanas continúan aún los encuentros, los próximos en la parroquia de San Blas de Burlada este martes 26 y en Villatuerta, el viernes 29. También queda pendiente esa misma semana, una mañana, la visita el arciprestazgo de Baztan Bidasoa y otras que puedan concretarse.
El delegado aporta en los encuentros algunas fechas relevantes y los nombres de las personas que le acompañan en la comisión diocesana para el Jubileo. Lo preside el arzobispo Florencio Roselló y están, además, Miguel Larrambebere, vicario general; Santiago Cañardo, vicario episcopal para laicos, familia y vida; Javier Leoz, delegado de Religiosidad Popular y peregrinaciones; José Antonio Goñi, delegado de Liturgia; Francisco Javier Palmero, Educación; Yosune Villanueva, Catequesis; Juan Echenique, responsable Comunicación de la Diócesis.
EL SOPORTE HISTÓRICO
El Jubileo se denomina también Año Santo o Jubilar. Luis Javier Fortún apunta que “Bonifacio VIII creó en 1300 como Año Santo y Año del perdón de los pecados el jubileo católico, mediante la indulgencia plenaria a quienes acudieran en peregrinación a Roma a venerar las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo”. Inicialmente estaba planteado con una periodicidad de 100 años.
Es también, sostiene Fortún, “un elemento de cohesión de la Iglesia, en torno al Papa, sucesor de Pedro entonces enfrentado al rey francés”. Menciona, asimismo, sucesivos cambios en la frecuencia de los jubileos. Los últimos se celebraron en 2000 y en 2016. Han pasado ocho años desde el último, y éste viene a aliviar la falta de esperanza, “anima a redescubrirla y apela a las situaciones que privan de esperanza al mundo de hoy: la necesidad de paz para el mundo, de poner fin a los conflictos regionales y sus posibles consecuencias globales”.
Se enumeran colectivos que demandan esperanza y a los que llevarla: “Presos, que además de la pérdida de libertad experimentan el vacío afectivo y en bastantes casos, la falta de respeto. El Papa propone como signos de esperanza condonaciones de penas e itinerarios de reinserción”.
En el plano material el Jubileo indica que “los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos, hay que acabar de una vez con el hambre e invita a condonar las deudas de los países que no pueden pagarlas y a tener en cuenta la deuda ecológica entre el norte y el sur”.
En el plano doctrinal plantea volver al Concilio de Nicea (325 después de 1.700 años, recuperando la forma sinodal y también teniendo en cuenta su tarea de unidad”.
Este es el tercer Año Jubilar del siglo XXI y también se adaptar a los tiempos y a las nuevas tecnologías. Hay disponible una aplicación para los teléfonos móviles iubilaeum25, donde se puede encontrar toda o buena parte de la información.
CÓMO OBTENER LA INDULGENCIA
Requisitos básicos. Confesión, comunión, oración por las intenciones del Romano Pontífice.
Cuarto requisito. Hay además un cuarto requisito, a través de fórmulas diversas:
Peregrinación a las cuatro basílicas mayores de Roma, de Tierra Santa y otras o templos jubilares (en Navarra las dos catedrales), o visitando un lugar jubilar, participando en la adoración eucarística y meditación...
Obras de Misericordia o penitencia que testimonien su arrepentimiento, ayudando a hermanos necesitados o visitando enfermos, encarcelados o ancianos en soledad.
Absteniéndose con espíritu de penitencia por lo menos durante un día de distracciones banales (reales o virtuales) o de consumos supérfluos.
Dando una suma de dinero a los pobres, sosteniendo obras de carácter religioso o social, especialmente en favor de la vida; dedicando parte del tiempo libre a labores de voluntariado.