José Manuel Bellido Laprada, coronel jefe del Acuartelamiento Aéreo de Bardenas: "La situación actual del mundo hace que el polígono de tiro sea todavía más vital"

No debe ser fácil pasar de pilotar un caza a 1.000 km/h sobre una zona de conflicto a sentarse en un despacho para gestionar las operaciones de una base militar con más de un centenar de efectivos. La velocidad de ambas maniobras, obviamente, es muy distinta, pero el secreto para cumplir con éxito estas dos misiones es el mismo: cabeza fría y buena preparación. Esta es la historia vital y profesional de José Manuel Bellido Laprada (Valladolid, 1972), piloto del Ejército del Aire con experiencia en misiones en Afganistán y Libia, y desde 2022 Jefe del Acuartelamiento Aéreo de Bardenas, ahora con su recientemente estrenado rango de Coronel. Llegó al mando de la base aérea de Bardenas en 2022 y, ahora, con su ascenso a Coronel..., ¿se amplía su estancia en ella? Posiblemente continúe hasta verano de 2027 pero, en todo momento, nosotros estamos en manos de lo que decida el Consejo Superior, que es el órgano que decide los destinos y las rotaciones de puestos. Un año después, en 2028, se cumple el contrato de arrendamiento entre el Ministerio de Defensa y la Comunidad de Bardenas para el uso del polígono. ¿Se prorrogará este acuerdo? Eso es algo que no está en mi mano, pero personalmente espero que así sea. De las 2.244 hectáreas que ocupa el polígono, la zona de entrenamiento tan solo ocupa unas 500 ha. Lo más complicado para un piloto que vuela a 1.000 km/h es discriminar lo que está marcado como objetivo de lo que no lo está, y en el polígono de tiro tenemos las condiciones perfectas para realizar este tipo de ejercicio en ese pequeño espacio de 500 ha. ¿La presencia del polígono hace que estemos más protegidos o nos convierte en un objetivo en caso de guerra? Estamos más protegidos porque permite a nuestras tripulaciones estar mejor entrenadas. Nosotros somos los primeros que no queremos actuar, pero sí que debemos estar bien preparados. ¿Un objetivo? Yo creo que nunca vamos a ser objetivo porque esto no es más que un trozo de tierra. Imagínate que bombardeasen esto. Lo único que conseguirían sería hacer dos surcos más en la tierra. Objetivos serían bases, depósitos de combustible, polvorines, instalaciones de inteligencia, el Congreso..., pero nunca un polígono de entrenamiento. En cambio, el Ministerio de Defensa considera esta instalación como clave desde que se comenzara a utilizar en 1951. Porque es el único que tenemos, y lo que se busca siempre es ser lo más autónomos posible para la realización de los entrenamientos y no depender de otros países. Por ejemplo, en el Aeródromo de Ablitas -instalación que complementa al Polígono de Tiro de Bardenas- realizamos maniobras de transporte aéreo-táctico. Antes, estos ejercicios los hacíamos en EE UU desplazando allí nuestros aviones A400 o Hércules. Solo el combustible que gastábamos en ir hasta allí era un dineral. Con menos de un 10% de ese coste podemos realizar todo el programa en España. Y con los ejercicios de los cazas que se realizan en el polígono pasa lo mismo. El contexto actual que está viviendo el mundo ha situado el tema de la defensa y la seguridad como una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. ¿Qué papel juega el polígono en todo esto? Siempre ha sido vital, pero en este contexto todavía más. La frase dice que si quieres la paz, prepárate para la guerra. Tenemos claro que tenemos que entrenarnos para tener un mayor poder de disuasión y, si un día nos llaman a capítulo, poder dar el servicio que necesitan los españoles. El Ministerio de Defensa ha apostado por este polígono porque no hay otro sitio donde entrenarnos. Una de las preocupaciones de aquellos que se posicionan en contra del polígono es el riesgo de accidentes que puedan, incluso, afectar a las localidades que lo rodean. El único accidente mortal que hemos tenido fuera del polígono fue en el año 2000 por un choque en Ejea de los Caballeros entre dos aviones del que resultó fallecido el Capitán Segura. El último accidente fue en 2009 por un problema de motor, el piloto no pudo recuperar el avión y se eyectó sobre el paraje de El Plano. Nunca ha habido una víctima civil por motivos de la actividad que se hace en el polígono..., y ya llevamos 74 años. ¿Cómo se puede explicar a alguien que no conozca Bardenas y el polígono de tiro que en un Parque Natural y Reserva de la Biosfera se estén realizando maniobras militares y, algunas de ellas, con fuego real? Eso se explica mostrando que una de las cláusulas del contrato de 2008 nos exige ser muy estrictos con el cumplimiento de la ISO 140001 de Gestión Ambiental. De hecho, el Ejército del Aire de España es el único ejército de toda Europa que todas sus unidades cumplen esta ISO. La biodiversidad de fauna y flora es más rica en lugares como el polígono de tiro ya que no existe el principal factor que hace que la biodiversidad disminuya: el paso humano por el territorio. EE UU, Rusia, China... Cada día parecen variar los equilibrios del poder internacional. ¿Cuál es hoy el enemigo de España? Ahí no puedo dar una respuesta objetiva porque ese tipo de valoraciones corresponden a los responsables de los planes del mando de operaciones que son quienes deciden cómo está la situación estratégica. Ellos planifican los diferentes escenarios y deciden el modo de actuar. ¿Estamos tan cerca de la III Guerra Mundial como aseguran algunos? No lo sé. Bueno..., pero seguro que tiene algo más de conocimiento al respecto que un simple civil. Los jefes de unidad nos encargamos de estar pendientes de nuestro personal y de dar apoyo a aquellos pilotos que vienen a entrenarse. Esa es mi mayor preocupación. El resto, lo llevan desde Madrid. Antes de comenzar la entrevista hemos tomado un café en el bar de la base junto a varios militares. En la televisión había una tertulia en la que se estaba debatiendo sobre el posible rearme de España. ¿No hablan entre ustedes sobre estos asuntos? Sí, claro, pero la conversación que tenemos entre nosotros es la misma que se puede tener en cualquier bar de Arguedas o de Tudela. Nosotros no somos expertos en geopolítica ni estrategia militar. Nuestra labor es dar apoyo a los que se entrenan en el polígono. ¿Debemos tener en nuestras casas un kit de supervivencia de 72 horas? A nivel europeo se quiere conformar una defensa y un ejército común y, para eso, hay que mentalizar a la gente. El problema que tenemos en España es que no damos valor a la seguridad, porque es algo que siempre hemos tenido desde pequeñitos. Por eso, ese mensaje lanzado desde Europa tiene más de carácter educacional que realmente de la necesidad de tener un kit de 72 horas. ¿Debería volver a implantase la mili? Independientemente del lugar del que procedieras o de la clase social que fueras, la mili igualaba a todos. Y eso era muy enriquecedor. En cuanto al ámbito cultural puede que fuera así, pero me refiero más bien a si cada uno de los españoles deberíamos recibir una instrucción militar básica. Pues en función de cómo se empiece a poner esto, sí. Lo cierto es que, desde que en 2001 se eliminó la mili, la forma de la guerra ha cambiado mucho con drones, ciberataques, Inteligencia Artificial... Sí, pero el factor humano en el liderazgo siempre va a estar presente. En la antigüedad, las batallas se libraban entre soldados cara a cara, piel contra piel. Ahora, el enemigo te puede matar estando a miles de kilómetros de distancia apretando un botón. Esta posibilidad..., ¿no deshumaniza todavía más algo tan terrible como es la guerra? Yo creo que no. Personalmente, cuando he estado en una misión en el extranjero he sentido esa humanidad más a flor de piel ya que allí estás lejos de tu entorno. Usted ha participado en misiones en zonas de conflicto como Afganistán y Libia. A Afganistán fui en 2007 para participar en las tareas de reconstrucción y en el entrenamiento de los afganos. A mí me tocó la parte de operaciones desde la Base de Apoyo Avanzada de Herat que consistía en gestionar la entrada y salida de aviones, tanto militares como civiles, y coordinar con los afganos ese tráfico aéreo que había en esos momentos de distintos países. Esa fue una tarea de gestión y no llegué a volar. ¿Y en Libia? Eso fue en 2011, en la guerra civil que concluyó con la muerte de Gadafi. Ahí fui jefe de los F-18 y me tocó volar. En la primera parte del conflicto, España no iba a bombardear y tenía encomendada la defensa del espacio aéreo. Cuando llegué yo, los aeropuertos y bases de Libia ya estaban inutilizadas y apenas había aparición de medios aéreos, y a nosotros nos correspondía más tareas de inteligencia utilizando las cámaras de los F-18 para recopilar información. Eran vuelos de 5 o 6 horas. Ahí había riesgo real de ser atacados. Siempre hay alguna amenaza de tierra-aire, pero trabajábamos siempre en unas condiciones en las que no pudieran alcanzarnos. El riesgo era que surgiera algún problema en el avión y que tuviéramos que eyectarnos en una zona de conflicto. En ese caso, el rescate se alargaría mucho y el tiempo de supervivencia se acortaría. ¿Se puede sentir empatía hacia el enemigo? Para nosotros no es un enemigo, sino misiones asignadas. Cuando entrenamos, a nosotros nos colocan unas cajitas, y nos da lo mismo que esa cajita esté en Bardenas o en cualquier otro país. Cuando voy a una misión, nunca pienso que voy a matar. Eso sería un horror. No valdría para eso. Yo no estoy aquí para matar, sino para defender los intereses de los españoles y a la gente a la que quiero. Desde ahí arriba..., ¿cómo se ven los conflictos que hay en el mundo? A esa pregunta te puedo dar dos respuestas. La primera es que cuando estás en una misión, estás tan concentrado y pendiente de tantas cosas que no puedes pensar en nada más y todo va muy rápido. Y la segunda respuesta a esa pregunta me lleva a recordar cuando, una vez cumplida una misión y con todavía una hora para regresar a la base, volaba con mi compañero y empezó a amanecer. Estábamos a unos 12 o 13 kilómetros de altura, y se podía ver la curvatura de la Tierra. Estás ahí, junto con tu compañero que, además, es amigo, y recuerdas a otros muchos que se han ido. Y entonces piensas que nosotros estamos siguiendo lo que ellos dejaron.

José Manuel Bellido Laprada, coronel jefe del Acuartelamiento Aéreo de Bardenas: "La situación actual del mundo hace que el polígono de tiro sea todavía más vital"

Suma 30 años de experiencia militar dentro del Ejército del Aire, con misiones cumplidas en Afganistán y Libia. Desde 2022 es el Jefe del Acuartelamiento Aéreo de Bardenas, donde dirige a una unidad formada por más de un centenar de efectivos

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