Las familias de menores con autismo critican el cierre de aulas especiales

Las familias de menores con Trastorno del Espectro Autista (TEA) lamentan el cierre de unas aulas escolares específicas. Las que tradicionalmente se han llamado Unidades de Currículo Especial (UCE) o Unidades de Transición Especial (UTE) y que acogen en todos los niveles educativos a estos niños y adolescentes en grupos más reducidos y adaptados a sus necesidades especiales. A partir de septiembre, sin embargo, estas “estructuras” se cerrarán en Educación Infantil (3-6 años). Así lo ha decidido el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra y así se lo ha transmitido a las familias. ¿El objetivo? Favorecer la inclusión. “Pero no todo vale. Hay niños que no pueden estar en aulas ordinarias por muchos recursos que digan que van a utilizar”. Así lo cree la presidenta de la Asociación Navarra de Autismo (ANA), Amaya Áriz Argaya, y así lo reivindica con motivo de la celebración ayer del ‘Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo’. Madre de un chico de 17 con este trastorno del neurodesarrollo, Áriz lamenta que la Administración educativa no haya escuchado a las familias. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) afecta a uno de cada 54 nacidos y en Navarra hay 600 menores de 16 años diagnosticados. “En adultos, no sabemos porque no hay registros y solo están incluidos como discapacidad intelectual”, subraya Áriz. La presidenta de ANA y la Fundación Alegría (más enfocada en mayores de 16 años) critica que el Departamento de Educación no vaya a reconsiderar su propuesta de mantener estas aulas. “Hay menores que no pueden estar en clases con más de treinta compañeros. Y no solo por el número sino porque para ellos, esas estructuras, son un lugar seguro, su refugio. Para algunos, las transiciones (tiempo entre clase y clase o entre un profesor y otro) son muy complejas”, insiste Áriz y recuerda que hay que “escuchar a las familias y asociaciones”. Además, lamenta, el “terrorífico problema” que supone la financiación para las asociaciones y fundaciones como las que ella preside. “El acceso a las ayudas es muy lento y difícil, por ejemplo, en la ESO y la Formación Profesional. Tener o no ayudas para muchos va a suponer la diferencia entre conseguir o no el título de la ESO”, zanja. PROGRAMAS Y TERAPIAS La Asociación Navarra de Autismo, que se creó en 2012, cuenta con 700 familias asociadas y organiza actividades y terapias específicas (como deporte adaptado, natación adaptada, programas de prevención de la obesidad...) Actualmente, se han puesto también en marcha programas de apoyo emocional a las familias y de respaldo para familias de otras nacionalidades e idiomas (como ucranianos, africanos...) “Para ellos, todo es mucho más difícil porque no conocen el idioma o carecen de medios. Por ejemplo, no suelen tener impresoras en casa para imprimir los pictogramas (dibujos que se colocan en los domicilios para indicar qué son las cosas y cuál es su utilidad)”. Respecto de las ayudas, continúa Áriz la explicación, el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra devuelve a las familias entre el 30% y el 40% de lo que han gastado antes en terapias. “A quienes han sido voluntarios de la asociación les devolvemos el 100% y a los que no pueden adelantar el dinero, les damos becas”. ANA celebra el Día Mundial del Autismo este sábado 5 de abril en la Plaza del Castillo de Pamplona (con actividades desde las 11 horas) y el próximo 26 de abril, en Tudela. Los adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) suelen presentar problemas de autoestima y, en ocasión, sufren acoso escolar. Así lo expone la presidenta de la Asociación Navarra de Autismo (ANA) y la Fundación Alegría, la pamplonesa Amaya Áriz Argaya. “La adolescencia es una etapa difícil para todos y mucho más para estos menores”, subraya esta abogada y psicóloga que lleva grupos de terapia con adolescente. “A veces, después de varias sesiones no se han abierto nada. Es importante crear un vínculo terapéutico con ellos para que se expresen”. En el caso de las chicas adolescentes, insiste, resulta más complicado establecer el diagnóstico porque “enmascaran” su condición. “Y, a veces, por los síntomas que presentan parece que tengan ansiedad o depresión, en lugar de TEA”. Respecto de la autoestima, recalca, que es fundamental lo que oyen los menores en casa. “Hasta los 14 años lo que creen de sí mismo es lo que han escuchado en su familia o en el colegio”.

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