Meteorología
Construcciones y edificios ante el cambio climático: Pamplona, una ciudad con soluciones ya en práctica
Barreras metálicas hidráulicas automatizadas e integradas en el pavimento, entre otras medidas, se emplearon junto al río Arga

Publicado el 18/11/2024 a las 05:00
Los edificios construidos en parcelas inundables pueden sufrir daños por el impacto de los coches arrastrados por las lluvias, del mobiliario urbano o árboles caídos. Hay varios ejemplos concretos destacados por el Ministerio de Transición Ecológica como las edificaciones junto al río Arga, en Pamplona, donde se instalaron barreras metálicas hidráulicas automatizadas e integradas en el pavimento. Estas barreras suben automáticamente en caso de fuertes lluvias. El arquitecto encargado del proyecto, Ramón Garitano, explica a este periódico que estas barreras se terminaron de construir en 2011 y desde entonces ya han sufrido tres inundaciones. Además de las compuertas que se levantan cuando hay alerta del ayuntamiento, también se elevó la planta baja sobre el nivel del suelo y se colocaron los trasteros en la cubierta.

Zonas de inundabilidad del río Arga en Pamplona
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Un caso similar es el del barrio de Behobia, en Irún (Guipúzcoa), donde el río Bidasoa provocaba inundaciones en las calles en algunas ocasiones. El ayuntamiento decidió instalar un sistema de protección frente a las crecidas consistente en unos marcos en 19 puntos estratégicos. Cuando se activa la alerta se despliegan unas barreras de acero rodeado con una funda de neopreno que forma un sello estanco frente al agua al expandirse.
Ha sido tan exitoso que el ayuntamiento ha comenzado las obras para extender el sistema al barrio de Santiago, donde en los últimos tres años las mareas han causado desbordamientos.
El peligro del cambio climático obliga a repensar construcciones y edificios
La ciudad de Valencia se salvó de las peores consecuencias de la DANA por el desvío del río Turia, una obra faraónica y muy criticada en su momento que se llevó a cabo entre 1965 y 1969 en respuesta precisamente a la gran riada de 1957. Una tragedia que queda lejos pero que ha vuelto a la memoria de los valencianos, sobre todo ahora que los expertos vaticinan que el cambio climático conllevará desbordamientos más habituales.
"España seguirá siendo escenario de más fenómenos como este", destaca Roop Singh, director de Asuntos Urbanos de la Cruz Roja. La DANA fue un 15% más húmeda que las anteriores debido a que el Mediterráneo está cuatro grados por encima de la media, "lo que favorece la formación de tormentas sobre esta cuenca durante estos eventos", aclara.
Y este proceso tiene su impacto económico directo: es difícil cuantificar cuál debería ser la inversión, pero desde Seopan (patronal de las constructoras) han elaborado varios informes previos en los que ya se cifraba en 85.400 millones de euros las infraestructuras planificadas pendientes de ejecutar, otros 38.000 millones para un plan de infraestructuras hidráulicas en España (lo que supondría triplicar la licitación pública en materia de agua de las administraciones públicas hasta 2027), y alrededor de 1.500 millones más para dotar de sistemas de alcantarillado y saneamiento a casi 900.000 viviendas que carecen de estas infraestructuras en España.
Para María José Peñalver, decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia, lo más importante ahora es hacer un análisis riguroso de las infraestructuras existentes y activar planes de mantenimiento: "Ha quedado claro que muchas no estaban preparadas para el ímpetu del agua". "El cambio climático es innegable y todas las medidas encaminadas a captar agua, bajar temperaturas y extender las zonas de sombra van a ser imprescindibles", añade. También ve necesario "prepararse y educar sobre ello en los colegios para que las nuevas generaciones lo tengan más presente".
Para Peñalver, no solo se tienen que adaptar los edificios, sino también las zonas urbanas. Cada vez hay más suelo urbanizado, lo que obliga a ir revisando los cauces de los ríos porque en caso de riada el agua coge más velocidad en suelos impermeables que si fluyera por el campo. Por ello, aboga por reconvertir más zonas en áreas permeables, con vegetación y pavimentos drenantes.
Además, a nivel de edificación, se debería estudiar si las plantas bajas de los edificios se pueden construir por encima del nivel de la acera, sobre todo a la hora de rehabilitar viviendas ya afectadas por una inundación. Otras soluciones serían las cubiertas de las azoteas vegetadas para retener el agua y poner más vegetación en espacios públicos para reutilizar un agua muy valiosa en épocas de sequía y bajar temperaturas.
EL AGUA DEL MAR
En España, no solo preocupa el agua caída del cielo. La ONU recuerda que los más de 8.000 km de costa que tiene el país son una vulnerabilidad más. Imperceptible al ojo humano, el Mediterráneo asciende 2,8 mm al año o, lo que es lo mismo 2,8 cm por década. El agua tiene varios efectos sobre las infraestructuras. Por un lado, el poder corrosivo, que afecta a los elementos estructurales como soportes y cimentaciones. Por otro, la fuerza de desplazar materiales, debilitando los soportes de base.
En la última década, el Ministerio de Transición Ecológica ha invertido 132 millones en adecuar sus playas a la subida del mar, siendo Málaga y Cádiz las que más dinero han recibido con varios millones de metros cúbicos de arena esparcidos por sus playas.
Y además de las precipitaciones, también preocupan las altas temperaturas. "2024 será el año más caluroso desde que hay registros", afirmó a principios de mes el departamento de cambio climático de Copernicus. Y España no será un caso aislado. Las olas de calor son más frecuentes y las temperaturas máximas van subiendo décima a décima y ya llegan en algunos lugares a superar los 45º.
"La adaptación al cambio climático supone asegurar la resiliencia de las infraestructuras: cambios de temperatura, precipitaciones anormales u otros fenómenos con frecuencia cada vez mayor. Existen numerosas soluciones que pueden aplicarse a las infraestructuras sin un desembolso", apunta Virginia Vidal, directora de Transportes de la empresa de ingeniería Aecom.