Carnaval 2020 Navarra
El buen tiempo desfiló en el carnaval de Sunbilla
Los 12 grados de temperatura que amenizaron el desfile contrastaron con alguno de los disfraces, como el de oso polar o esquimal

- Xabier Pita
Los disfraces de esquimal que este domingo desfilaban por Sunbilla chocaban con lo soleado del día. 12 grados de temperatura hicieron que hasta sobrase el abrigo para ver las quince carrozas que se llevaron el protagonismo de la jornada. Aunque se lo robó, por unos instantes, los talos, castañas, los 4.000 litros de caldo que se repartieron entre el público, o los pintxos de tortilla. Fueron elaborados con 1.800 huevos “de aquí, de Sunbilla” como decía Maria Ascensión, de 77 años, mientras los preparaba en el mostrador de la carroza con la que llevaba trece años participando en la cita.
LAS TEMÁTICAS
Con un traje de esquimal y tirando de un trineo, Ainhoa Goikoetxea contaba que en la carroza participaban un total de 25 personas entre padres y niños. Por su parte, Urtzi Larzabal, ataviado con un disfraz de oso polar, combatía el calor mientras explicaba que comenzaban a trabajar en la carroza a mediados de diciembre. En este caso, llevaban un iglú reciclado de un antiguo contenedor y cubierto de planchas de poliexpan para simular la nieve.
Llenos de engranajes, sombreros, un gran bólido y hasta una avioneta llegaron los steam punk. Una treintena de personas, entre adultos y niños, que simulaban sus dotes de inventores al ritmo de la música. Contaba Jesús Elizondo, uno de los encargados de la cuadrilla, que llevaban tres semanas de trabajo para tener lista la carroza en este domingo de carnaval.
Con la misma preparación contaron Íker Lanza, Santiago y Joaquín Jiménez para confeccionar su disfraz de zombie. La ropa llena de arañazos, unas lentillas de colores y mucha sangre les sirvió para tener a punto su participación.
Pero el punto humorístico lo pusieron, sin duda, los vendedores del zoco, que acompañados de un dromedario que funcionaba a ruedas, simulaban los puestos de venta de alfombras, té y cacharrerías. En uno de ellos se leía: ”3 zapatos + un beso= 53 dirhams”. Arrastrados por el suelo o escondidos entre el público huían los tres cerditos del temido lobo feroz, aunque al final terminasen bailando los cuatro juntos.
También los más mayores tuvieron representación con los master 80 petanca, donde cinco abuelos demostraban sus dotes con el juego y los andadores taca taca. La playa de la Concha, el teleférico del Monte Igueldo y hasta las míticas barandillas donostiarras estuvieron presentes en una carroza, mientras sus integrantes bailaban al ritmo del txuri urdin. Precedieron a la bilbaína, presidida por Puppy y el Guggenheim. Participó también el barco Perla Beltza, con una decena de piratas, una palomera llena de cazadores y el propio acuario de Sunbilla.
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