El paro de larga duración en Navarra se cronifica por encima de los 12.000 desempleados

Navarra terminó el año pasado con 12.041 personas registradas como paradas de larga duración. Esta expresión engloba a quienes llevan inscritos sin trabajo en las oficinas de empleo de forma ininterrumpida más de 365 días, cifra que se reduce a 180 días para quienes tienen menos de 25 años. Los datos del Observatorio de las ocupaciones confirman que, aunque Navarra mantuvo cifras de desempleo más bajas que la media nacional, el problema del paro de larga duración persistía. Se trata de una cuestión con un marcado carácter de género y edad, ya que afectaba especialmente a mujeres mayores de 55 años. El informe reflejaba que la recuperación del empleo y el aumento de la ocupación en los últimos años no están siendo suficientes para enmendar un borrón que lleva afeando el buen comportamiento del mercado de trabajo navarro desde hace tres años. Lo cierto es que el paro de larga duración creció durante 2024 un 0,5% al sumarse 63 personas según los datos oficiales. La propia consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Carmen Maeztu, mencionaba en su análisis del mercado de trabajo en 2024 que el paro de larga duración era uno de los “retos estructurales” que había que seguir abordando mediante “políticas que impulsen un mercado laboral más equilibrado, inclusivo y sostenible”. El informe del Observatorio de las ocupaciones constata que casi cuatro de cada diez personas paradas llevan más de un año en desempleo. A finales de 2024, el paro de larga duración afectaba al 39,7% del total de personas registradas en las oficinas de empleo, un porcentaje que sigue por debajo del promedio nacional, que se sitúa en el 46,34%. PREDOMINIO DE LAS MUJERES El paro de larga duración castigaba especialmente a las mujeres y a las personas mayores de 45 años. De las 12.041 personas en esta situación en la Comunidad foral, un 65,7% fueron mujeres. Esta desigualdad fue una constante en todos los tramos de edad. En el grupo de entre 35 y 44 años, por ejemplo, ellas casi triplicaban a los varones. El peso del colectivo de mayores de 45 años fue determinante: concentraron el 67,9% de los parados de larga duración. Además, había una relación directa entre la edad y el tiempo en desempleo. A medida que se incrementaba la edad, también aumentaba el porcentaje de personas que llevaban más tiempo en paro. En el tramo de entre 12 y 24 meses, el 63,7% eran mujeres; en el de más de 24 meses, la proporción femenina se elevaba al 66,9%. El perfil más frecuente de parado en Navarra fue en 2024 el de una mujer con más de 55 años, estudios primarios o no acreditados y más de un año en búsqueda de empleo. Este colectivo acumulaba las mayores tasas de inactividad y presentaba las peores perspectivas de reinserción laboral. Los datos del Servicio Público de Empleo Estatal indicaban que, en 2024, sólo el 12% de los parados llevaba menos de un mes en desempleo. En el otro extremo, el grupo de personas que acumulaba más de dos años sin encontrar trabajo representaba el 25,6% del total. Este último grupo creció un 6,3% respecto al año anterior. El paro de larga duración en Navarra ha seguido una trayectoria irregular durante los últimos años, marcada por picos en los momentos de crisis y descensos paulatinos en los periodos de recuperación. En 2006, el número de personas en esta situación rondaba las 6.000. A partir de 2008, con el inicio de la crisis financiera, comenzó una escalada progresiva especialmente intensa entre 2010 y 2013 que se prolongó hasta alcanzar su cénit a comienzos de 2014. En aquel periodo, el paro de larga duración se había triplicado respecto al periodo anterior a la crisis financiera y traspasó la barrera de los 20.000 desempleados. Los efectos de la progresiva recuperación económica, que comenzaron a notarse en el paro de larga duración desde mediados de 2014, llevaron a una paulatina reducción del número de demandantes de empleo que llevaban más de un año buscando trabajo. Esta tendencia, que tocó fondo en octubre de 2019 con 11.000 personas registradas como desempleados de larga duración, sufrió un brusco frenazo debido a la pandemia. La declaración del estado de alarma y el parón de la actividad económica propició un pronunciadísimo incremento del paro de larga duración que, en poco más de un año, alcanzó un nuevo récord con más de 23.000 personas en esta situación en abril de 2021. Aquel dato dibujó un pico estadístico que volvió a desplomarse con igual rapidez. Para el verano de 2022, el paro de larga duración volvía a situarse por debajo de las 12.000 personas. Sin embargo, no pudo volverse a la senda de la reducción de este indicador experimentada entre 2014 y 2019. El paro de larga duración volvió a rebasar los 12.000 desempleados en enero de 2023 y lleva dos años estancado en ese nivel, el doble de lo que se contabilizaba en los años previos a la crisis económica de 2008. En marzo de 2025, último dato disponible en el Observatorio de la Realidad Social, había 12.386 personas inscritas en las oficinas de empleo con más de un año de antigüedad sin trabajo, cifra ligeramente más alta que la indicada en el informe del Observatorio de las ocupaciones.

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