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Salud

¿Tú también duermes mal? Probablemente sufras uno de estos 8 trastornos

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Imagen de una chica con problemas de sueñoDN
  • Yolanda Veiga
Actualizado el 15/03/2025 a las 09:35
Datos de lo mal que dormimos hay muchos. Uno bien llamativo: "El 70% de los adolescentes duerme menos de lo que necesita y eran la mitad hace veinte años". El de los chavales suele un trastorno de retraso de fase -los ancianos sufren lo contrario-, atribuido a causas fisiológicas, por un lado, y al ‘efecto móvil’ por otro. Esta desincronización del reloj biológico que presentan los jóvenes se encuadra dentro de los llamados trastornos del ritmo circadiano, uno de las más de cien alteraciones del sueño que ya hay identificados. Gerard Mayà, coordinador del grupo de trabajo Trastornos del Movimiento y de la Conducta durante el Sueño de la Sociedad Española del Sueño (SES), y Ainhoa Álvarez, coordinadora del grupo de trabajo de Insomnio, abordan los ocho desórdenes más habituales. Si usted duerme mal, probablemente presente uno de ellos.

Insomnio

¿Qué es?
La persona quiere dormir, pero no puede. "Existen tres tipos de insomnio: el de conciliación (me cuesta quedarme dormido), el de mantenimiento (me despierto a menudo) y el despertar precoz (me despierto mucho antes de la hora y no consigo volver a dormirme)", explica Gerard Mayà. Y advierte: "No dormir una noche no es una enfermedad".
El modelo de las ‘tres P’
Predisposición, factores precipitantes y factores perpetuantes. Es el círculo vicioso que relatan muchos pacientes. "Una persona con predisposición genética al insomnio que no tiene problemas para dormir de repente se encuentra con un factor precipitante (pierde el trabajo, por ejemplo) que hace que debute un insomnio agudo. Como empieza a dormir mal, asoman factores perpetuantes: pensamientos del tipo ‘ayer dormí mal y hoy tampoco podré dormir’, ‘voy a estar fatal mañana’… y conductas que lo empeoran, como estar más tiempo en la cama (el cerebro la asocia a estar despierto) o echarse la siesta (quita sueño nocturno)". Ya está inmerso en el círculo vicioso.
Tratamiento
"Lo importante es buscar si existe una causa tratable que lo produzca o lo agrave: depresión, ansiedad, dolor, otro trastorno, medicamentos…". Cuando se trata de insomnio crónico "la primera línea de actuación es la terapia cognitivo-conductual", que incluye en la base de cualquier tratamiento técnicas de relajación y pautas de higiene del sueño: horarios regulares, mayor exposición a la luz por la mañana, cena temprana, no hacer deporte a última hora de la tarde para no segregar cortisol ni aumentar la temperatura corporal…

Apneas obstructivas del sueño

¿Qué son?
"Las paredes del conducto por el que respiramos se obstruyen y no dejan pasar el aire mientras dormimos, con lo que no llega bien el oxígeno ni a los pulmones ni al cerebro. Entonces, el cerebro se despierta para volver a abrir la vía aérea y, al despertase, fragmenta el sueño", explica el portavoz de la SES. Esa fragmentación puede suceder de forma frecuente -hay quien tiene apneas cada minuto-, "pero muchas veces la persona no se da cuenta de esos microdespertares". Que no nos demos cuenta, sin embargo, no quiere decir que no afecten al sueño. Lo hacen, y mucho. "Al día siguiente, la persona se siente cansada y, en ocasiones, también refiere fatiga, problemas cognitivos (peor memoria) e incluso depresión. Además, las apneas son un factor de riesgo de ictus o infartos".
Síntomas
"El paciente suele roncar y emitir sonidos similares a silbidos, hace pausas respiratorias y sufre despertares asfícticos, esto es, se despierta de golpe, por ejemplo con un ruido", enumera el doctor. Y añade otro síntoma que suele pasar desapercibido: orinar a menudo de noche. "Muchos hombres lo atribuyen a la próstata, pero cuando es un síntoma de la apnea se diferencia porque la persona de día no siente esa necesidad frecuente de orinar, solo de noche", advierte el doctor Mayà.
Tratamiento
La persona que comparte dormitorio con alguien que sufre apnea se da cuenta enseguida de las pausas respiratorias, pero "el diagnóstico debe hacerse con un estudio del sueño que individualice el tratamiento". No obstante, hay cuestiones que siempre ayudan: "Perder peso es bueno y, en algunos casos, dormir de lado, porque al ponernos boca arriba, la barriga, el tórax, el cuello… ‘aplastan’ y hay más riesgo de obstruir la vía aérea". En casos más severos, el paciente necesita una mascarilla que se coloca en la boca o en la nariz "y que suelta aire a presión para mantener abierta la vía aérea y evitar así que las paredes colapsen".

Parasomnias REM

¿Qué es?
"Aparecen a partir de los 50 años y son más frecuentes en hombres", señala el punto de partida Gerard Mayá. Durante la fase REM hay un mecanismo del cerebro que debería parar, pero en los pacientes con este trastorno, se activa, lo que se traduce en que la persona "representa los sueños". Como el contenido de estos suele ser una pesadilla, esta representación se traduce "en manotazos, insultos, patadas, llanto…, lo que provoca que se hagan daño porque se caen de la cama, se golpean con la mesilla, incluso hacen daño a la persona que duerme al lado".
Relación con el párkinson
Los estudios demuestran que "al cabo de 15 años de sufrir este trastorno de manera recurrente, la mayoría de los pacientes desarrollan alguna enfermedad del espectro del párkinson". El tratamiento son fármacos.

Parasomnias no REM

Sonambulismo
Entra dentro del grupo de parasomnias no REM. "Sucede más en la primera mitad de la noche. La persona se despierta pero se queda ‘enganchada’ al sueño, es como estar entre despierto y dormido", explica gráficamente la doctora Ainhoa Álvarez. "La persona sonámbula habla, se sienta en la cama, a veces mira como despistada y otras como si te traspasase… Se puede volver a dormir o levantarse y hacer cosas rutinarias y automáticas pero anómalas, como orinar dentro de un armario". Se trata de un trastorno "benigno y hereditario" que suele aparecer en la infancia o en la preadolescencia "y desaparece cuando se llega a la edad adulta".

Terrores nocturnos

Es otra parasomnia no REM benigna que afecta más a niños que a adultos pero que es "más angustiante" que el sonambulismo. "Como es tan escandalosa, algunos padres han llevado incluso al niño a Urgencias", advierte la experta. No hace falta. "A veces, es difícil distinguir el terror nocturno de la pesadilla, aunque las pesadillas suelen producirse más a última hora de la noche y la persona se acuerda al día siguiente".
Factores precipitantes
En las parasomnias no REM existen factores que influyen: ruido externo, no haber dormido bien los días anteriores, fiebre, toma de medicamentos, situaciones estresantes (por ejemplo, el niño se va de campamento), trabajo a turnos en el caso de los adultos…
Tratamiento
La base es una buena higiene de sueño que garantice horarios estables y cantidad suficiente de horas. Además, los expertos recomiendan tomar algunas precauciones. "Conviene cerrar la puerta de la calle con llave porque el sonámbulo, como reproduce actos cotidianos, podría salir, también hay que evitar colocar cerca de la cama muebles puntiagudos y mejor dormir en una cama baja", sugiere la experta de la SES.

Síndrome de piernas inquietas

¿Qué es?
Las personas que lo sufren relatan que al atardecer comienzan a sentir una cierta sensación de nerviosismo e inquietud en las piernas. "No saben qué es, pero necesitan moverse", explica Álvarez. Como esta inquietud aparece a la hora en que la persona debería empezar a relajarse para prepararse para el sueño, "provoca insomnio de conciliación porque el paciente necesita levantarse y pasear, ya que quedarse en la cama le resulta angustioso". Pueda tardar "horas" en dormirse, aunque cuando logra hacerlo "suele descansar bien".
Las 4 preguntas clave para el diagnóstico
No hace falta hacer una prueba de sueño. Si la persona responde afirmativamente a estas cuatro cuestiones, sufre de este síndrome: ¿tiene necesidad imperiosa de mover las piernas con sensación de dolor y malestar?, ¿los síntomas aparecen o se agravan cuando está sentado o tumbado?, ¿esos síntomas desaparecen al moverse?, ¿sucede más al atardecer o al anochecer?
Tratamiento
"Este trastorno se relaciona con una anomalía en la función de la dopamina en el cerebro, ya que la dopamina inhibe esta sensación en las piernas. A veces, estos pacientes mejoran tomando un suplemento de hierro. De hecho, hay mujeres que notan así las piernas cuando están embarazadas, un momento que suele asociarse con una bajada de hierro, aunque sin que necesariamente tengan anemia", precisa Ainhoa Álvarez. Además de suplementar con hierro, existen fármacos para este trastorno.

Narcolepsia

¿Qué es?
La clave está en unas hormonas llamadas orexinas (también se las conoce como hipocretinas), que hace que estemos alerta. "Funcionan como si fuesen las directoras de orquesta del sueño: ‘ahora toca dormir, ahora toca despertarse’. Las personas que sufren narcolepsia tienen esta sustancia muy baja, de manera que se duermen cuando no hay que dormirse", describe el proceso la doctora. Son esos casos que hemos visto en los reportajes de la televisión de gente que se duerme de repente por la calle o en el autobús, aunque no siempre es algo tan llamativo. "A veces sucede unos segundos, la persona pierde el tono muscular pero te puede escuchar aunque no pueda hablar. Otras veces se queda dormida unos minutos e incluso sueña". Estas ‘cabezadas’ "son cortas y, en ocasiones, reparadoras durante una o dos horas".
Lo que le ocurre a Évole
Jordi Évole se cayó redondo en televisión tras sufrir una cataplejía. Es una pérdida del tono muscular atribuida a las emociones. Sucede cuando tienen un susto, se ríen mucho… A veces es algo sutil como una ligera caída de mandíbula de la que ni se dan cuenta. Otras, llegan a caerse al suelo como le sucedió al presentador de televisión.
Tratamiento
Un excesivo sueño de día y el aburrimiento son factores agravantes de este trastorno, cuyo tratamiento tiene también en su base los hábitos de higiene de sueño. "Las siestas programadas a determinadas horas suelen ser efectivas y se pueden administrar fármacos", explica la portavoz de la SES. La narcolepsia suele aparecer entre los 10 y los 20 años y, aunque es crónica, con un buen tratamiento la persona puede hacer una vida normal.

Trastorno de ritmo circadiano

¿Qué es?
Nuestro ritmo circadiano dura 24 horas y funciona como una suerte de reloj interno que nos indica cuándo dormir (descanso) y cuándo estar despiertos (actividad). "El problema es que, a veces, ese reloj se desincroniza", advierte la experta. Les sucede a los adolescentes, que tienen el reloj ‘retrasado’ "porque su propia fisiología hace que segreguen melatonina (la hormona del sueño) más tarde y, por tanto, se acuesten a una hora muy avanzada y se levanten con sueño si madrugan". Normalmente, los chavales presentan un retraso de una o dos horas, "pero hay algunos que no logran dormirse hasta las cuatro de la mañana". Lo contrario le ocurre a la gente mayor: sufren un adelanto de fase que hace que les entre el sueño antes de tiempo y se levanten antes del amanecer. En su caso, el ‘tratamiento’ pasa por activarse por la tarde: que les dé más la luz, que programen alguna actividad vespertina...
El trabajo a turnos
En este caso, no es cosa de la fisiología. "No es raro que las personas que trabajan a turnos presenten dificultades para dormir porque su momento de descanso no está sincronizado con su reloj interno y eso le provoca somnolencia cuando están despiertos e insomnio cuando se acuestan", señala la coordinadora del grupo de trabajo de Insomnio de la SES.

Síndrome de sueño insuficiente

¿Qué es?
Dormir menos de lo que el cuerpo necesita, un ‘mal’ frecuente. "En este caso, la persona no tiene problemas para dormir, pero descansa menos de lo necesario porque tiene niños que le despiertan de noche, porque tiene que madrugar, porque se queda viendo el móvil o la tele…", explica Gerad Mayà. Cuesta verlo como un trastorno, porque es algo "voluntario", pero así está definido. Y tiene pocos visos de curarse. "El 70% de los diagnosticados de privación de sueño, a los seis meses siguen durmiendo poco, menos aún que antes", confirma el doctor. E insiste en la importancia de proporcionar a nuestro cuerpo el relax que necesita: "El sueño nos permite recuperarnos física y mentalmente, regula las hormonas, limpia los tóxicos del cerebro, reduce el riesgo de padecer cáncer y enfermedades cardiovasculares...".
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