Dinero
Separación o divorcio: todo lo que debe saber antes de firmar nada para disolver el matrimonio
Si tiene claro que su matrimonio no funciona y está pensando en divorciarse, expertos en derecho de familia resuelven las principales dudas sobre este proceso

- Carmen Barreiro
Septiembre y octubre son los meses en los que más solicitudes de divorcio se presentan en nuestro país, el 30% del total. El verano suele hacer estragos en los matrimonios que no pasan por su mejor momento y uno de los motivos que argumentan los abogados de familia es, precisamente, la intensa convivencia durante las vacaciones. Y, como dato curioso, cabe destacar que las que suelen llevar la iniciativa para romper con la pareja en esta época del año son las mujeres. "En la mayoría de los casos son matrimonios que arrastran problemas de antes, que llevan tiempo en crisis. Lo que ocurre en verano es que como pasan mucho más tiempo juntos toman conciencia de que la cosa no va por buen camino", coinciden los especialistas.
Si tiene claro que su matrimonio no funciona y está pensando en divorciarse, expertos en derecho de familia resuelven las principales dudas sobre este proceso. "Lo más importante es intentar llegar a un acuerdo que empañe lo menos posible la vida futura de ambas partes, sobre todo si el matrimonio tiene hijos. A diferencia de lo que ocurre en otros países, en España el deber compartido de criar y mantener a los niños no se acaba de manera automática con la mayoría de edad sino que la emancipación económica puede llegar años más tarde, por lo que es fundamental intentar disolver el matrimonio de la mejor manera posible", aconsejan en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
¿SEPARARSE O DIVORCIARSE?
Se parecen, pero no son lo mismo. La separación legal es similar al divorcio -se acaba la vida en común, se dividen los patrimonios, se establece la custodia de los hijos, se fijan pensiones de alimentos...-, pero el matrimonio no rompe su vínculo. "Si una pareja se separa, no se puede volver a casar de nuevo. Pero si se reconcilia con su ex, solo tendría que comunicárselo al juez y volverían al punto de partida. Si tiempo después de separarse, deciden solicitar el divorcio, no se consolidarían las medidas tomadas en la separación sino que habría que establecerlas de nuevo, por las buenas (de mutuo acuerdo) o por las malas (en un juicio contencioso). Los separados tampoco forman una unidad familiar a efectos fiscales, de manera que no se benefician de las ayudas destinadas a las parejas casadas o de hecho ni son herederos forzosos el uno del otro".
¿CUÁNTO CUESTA?
El precio depende de varios factores. En primer lugar, de lo complejo que sea el caso. "No es lo mismo una pareja con hijos, casada en gananciales y con mucho patrimonio común que otra sin hijos y casada en separación de bienes. Cuando hay muchos asuntos que resolver, los profesionales implicados en el proceso suelen subir sus tarifas y también crece el número de trámites", precisan en la OCU.
La opción más barata siempre será el divorcio de mutuo acuerdo porque se puede resolver con poca asistencia profesional. "El objetivo es pactar un convenio regulador que recoja las medidas a las que se sujetará la pareja en adelante. Este documento puede elaborarse y ratificarse judicialmente con la ayuda del mismo abogado y procurador. También se puede hacer con un mediador familiar acreditado y ratificarse en el juzgado o elevarse a escritura pública ante notario". Ahora bien, "no llegue a un arreglo de mutuo acuerdo sin tener claro que todo lo que asume lo podrá cumplir".
Si, por el contrario, el divorcio es contencioso, el proceso se encarece mucho. "De entrada, cada miembro de la pareja necesitará su propio abogado y procurador. Y si la lucha es a muerte, el precio final se dispara porque también habrá que pagar peritos para diversos asuntos: evaluaciones psicológicas, valoración de los bienes que se reparten... En este caso, ya estaríamos hablando de 5.000 euros como mínimo", coinciden todos los abogados consultados.
ÉL QUIERE CUSTODIA COMPARTIDA Y YO QUEDARME CON LOS NIÑOS Y TOMAR TODAS LAS DECISIONES
"Este es un error muy común, que es confundir la guarda y custodia -que la ostenta quien vive a diario con los hijos- con la patria potestad. Lo normal es que las dos partes conserven la patria potestad y eso significa que los dos tienen el mismo derecho a participar en las decisiones que les afectan de manera importante y a educarlos, alimentarlos, acompañarlos... Es decir, aunque uno tenga la guarda y custodia, no puede tomar decisiones como, por ejemplo, el cambio de residencia a otro país, el colegio o tratamientos médicos sin consultar con el ex. Lo ideal es llegar a un acuerdo voluntario que no tiene por qué ajustarse al milímetro a las dos opciones clásicas, que son la custodia compartida o la monoparental". Si los padres no son capaces de hacerlo, lo decidirá un juez.
ME CASÉ EN GANANCIALES, ¿MI EX SE QUEDA CON LA MITAD DE TODO?
"No funciona así. Los casados en este régimen tienen que disolver su sociedad formando dos lotes de igual valor, uno para cada uno. En ese inventario se incluyen las ganancias y beneficios obtenidos durante el matrimonio sin importar quién los generó, los bienes comprados con dinero ganancial en ese periodo de tiempo y las deudas, salvo las heredadas o las de juego. Algunos bienes no entran. Por ejemplo, si uno pagó un piso antes de casarse o lo heredó no entra en el reparto. Sin embargo, si estaba alquilado y la renta se depositaba en una cuenta, la mitad le corresponde a tu ex".
¿Y EN SEPARACIÓN DE BIENES?
En teoría todo es más sencillo porque ambos cónyuges mantienen sus respectivos patrimonios. Sin embargo, es habitual -sobre todo en matrimonios largos- que "la pareja haya hecho inversiones o compras juntos a lo largo de su vida en común y el reparto de esos activos puede llegar a ser conflictivo, especialmente cuando no está claro quién puso los fondos y en qué proporción. Además, cuando hay hijos menores, la vivienda familiar recibe un tratamiento especial sin importar el régimen del matrimonio, quién la compró, si es heredada...".
Paso a paso
1. El Documentación y acuerdo: en un divorcio de mutuo acuerdo, ambas partes deben llegar a un pacto sobre las condiciones de la disolución del matrimonio, incluyendo la división de bienes, la pensión alimenticia y la custodia de los hijos, entre otras circunstancias. “Este acuerdo debe ser documentado en un convenio regulador que será presentado ante el tribunal junto con la solicitud de divorcio”, explican en Vosseler Abogados.
2. Solicitud: una vez alcanzado el acuerdo, se debe presentar una solicitud de divorcio ante el tribunal competente. Esta solicitud debe incluir el convenio regulador y otros documentos relevantes. Si es un divorcio contencioso, el tribunal notificará a la otra parte y se abrirá un proceso judicial.
3. Resolución judicial: en el caso de un divorcio de mutuo acuerdo, el tribunal revisará la solicitud y, si todo está en orden, emitirá una sentencia de divorcio. En los contenciosos se llevará a cabo un proceso judicial que puede incluir audiencias y pruebas.
4. Registro: una vez emitida la sentencia de divorcio, debe ser registrada en el Registro Civil para que sea legalmente efectiva. A partir de este momento, el divorcio es oficial y ambas partes pueden continuar con sus vidas por separado.
La importancia de firmar un acuerdo prematrimonial
No es lo más romántico, pero pactar ciertas normas en un acuerdo prematrimonial evita muchos conflictos en caso de divorcio. De hecho, los abogados de familia siempre aconsejan "casarse pensando en divorciarse". Este tipo de pactos, que cuestan unos 500 euros de media, se pueden redactar tanto antes como después de casados y no necesitan ser elevados a escritura pública, aunque se recomienda registrarlos ante notario. A grandes rasgos, "se trata de un contrato firmado por ambos contrayentes en el que se especifican las normas por las que queremos que se regule nuestra relación. También son una manera de proteger el patrimonio de cada cónyuge", resumen en Winkels Abogados.
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