Gastronomía
La España vacía se cobra otra víctima: cierra el restaurante Ancestral, joya gastronómica con una estrella Michelín
El chef Víctor Infantes, alma del restaurante, había convertido Ancestral en un homenaje vivo a las técnicas y sabores tradicionales de Castilla-La Mancha
- Diario de Navarra
El restaurante Ancestral, situado en Illescas (Toledo) y distinguido con una estrella Michelin, cerrará sus puertas esta semana. El anuncio ha cogido por sorpresa al mundo gastronómico y vuelve a poner sobre la mesa una realidad incómoda: la dificultad de mantener proyectos de excelencia en la España vacía, lejos de los grandes centros urbanos.
El chef Víctor Infantes, alma del restaurante, había convertido Ancestral en un homenaje vivo a las técnicas y sabores tradicionales de Castilla-La Mancha. Cocinaba con pucheros de barro, brasas, casquería, mojo de los Montes de Toledo o sopa de ajo de Las Pedroñeras. La propuesta, profundamente arraigada en el territorio, se basaba en productos de cercanía y una mirada contemporánea a lo ancestral.
Desde su apertura en febrero de 2022, el proyecto cosechó reconocimientos: estrella Michelin, Recomendación Guía Repsol en 2023 y 1 Sol Repsol en 2024 y 2025. Sin embargo, ni los premios ni las críticas han sido suficientes para asegurar su viabilidad. El propio restaurante se ha despedido con un mensaje elocuente en redes sociales: "Cerramos para poder seguir cocinando. Lo mejor está por llegar".
El caso de Ancestral es un ejemplo más de lo difícil que resulta sostener la alta cocina en entornos rurales o semiurbanos, donde la despoblación, la falta de relevo generacional y la limitada capacidad de atracción turística limitan las oportunidades de crecimiento. Illescas, con algo más de 30.000 habitantes, sigue sufriendo las consecuencias de una economía local con poco músculo para sostener proyectos tan ambiciosos.
El cierre de Ancestral se suma a otros recientes en zonas rurales que, pese al talento y la innovación, no logran romper el techo de cristal que impone el territorio. Mientras tanto, la gastronomía de las grandes ciudades sigue acaparando recursos, atención mediática y clientela.
En un momento en el que se habla tanto de la revitalización del medio rural, la desaparición de espacios como Ancestral plantea preguntas incómodas: ¿cómo atraer talento a los pueblos si ni siquiera los mejores logran sobrevivir? ¿De qué sirve recuperar el sabor de la tierra si la tierra no puede sostener el proyecto?
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