Arbola, el arte vuelve al bosque

La timidez de los árboles es el fenómeno por el que las copas de los árboles no llegan a tocarse, dejando una especie de canales de aire entre ese mar de hojas. Es el concepto que ha inspirado a la artista portuguesa So Dias para diseñar el cartel de la segunda edición del festival Arbola, y también la tónica que va a tener este insólito certamen que une arte, ciencia y cultura vegetal en Pamplona. Durante dos meses y medio Arbola llenará el calendario de una treintena de actividades sin que se toquen entre sí, a excepción de las caminatas arbóreas que siempre desembocan en la presentación de un proyecto artístico. Entre otras de las actividades habrá talleres, conferencias performativas, exposiciones, caminatas de pedagogía arbórea, lecturas públicas y encuentros en abril y mayo. La directora artística del festival, Isabel Ferreira, explica que actualmente se está dando lo que algunos filósofos llaman ceguera vegetal, ya que se han cosificado las plantas hasta llegar a no verlas. “Arbola tiene esa misión, mira a las plantas, a los árboles, observarlos, aprender sus nombres, sus historias, que son importantes, y aprender que tienen ciertos valores que nos pueden ayudar a navegar las turbulencias de esta época que nos ha tocado vivir”, apunta. Se trata de incorporar la dimensión ambiental a la cultura y también al revés. “Lo que hace el arte es que consigue tocarnos, consigue que esos datos fríos nos lleguen y nos activen de manera que podamos pasar a la acción”, añade. Esta segunda edición del festival tendrá una traca final en el llamado Arbola Fest, del 15 al 19 de mayo, que abrirá el referente del naturalismo Joaquín Araujo con su conferencia inaugural. Organizado por LABEA ( Laboratorio de arte, ciencia y naturaleza), el festival ha invitado a 10 artistas de 16 países para que desarrollen un proyecto en torno a la cultura de los árboles, que durante los dos meses y medio que están inmersos en sus proyectos aprovecharán para dar conferencias, talleres u otras actividades. Este viernes se presentará el resultado del primero de ellos, Exotic, de Monika Aranda. Aranda lleva unos meses investigando una planta llamada la Cortaderia o Plumero de la Pampa, “una planta muy hermosa, una super planta, que aprovecha su belleza para expandirse por el territorio”, explica Isabel Ferreira. La planta invasora está generando hoy problemas en Cantabria y empieza a entrar en Navarra por el norte. El viernes habrá una caminata arbórea por Pamplona, rastreando su presencia, que acabará en el Museo de Navarra, donde Monika Aranda presentará su instalación artística. La mayor parte de las residencias tendrán lugar en Antartika kultur container, que empezó su actividad hace tres años para impulsar proyectos en los que el arte actúe de catalizador de transformación social, pero también se llevarán a cabo en el Centro Huarte y Piparrika Huerto Comunitario. En concreto serán cinco residencias de creación: Claire Hurley (Irlanda), Ghislaine Verano (Navarra), Ian Capillé (Portugal), Monika Aranda (Navarra), Maite Azpiroz (Navarra); dos residencias de mediación: Adriana Reyes (Madrid), Marco Ranieri (Italia); una residencia curatorial: Catarina Saraiva (Portugal); y una de investigación y documentación: Arantxa Ciafrino (Alemania). Todos ellos participarán en una exposición final en la que mostrarán su proceso de creación. El programa del festival, apoyado por las fundaciones Caja Navarra y La Caixa, se puede consultar en labea.net. La artista y antropóloga Adriana Reyes trabaja en dos proyectos entrelazados dentro de Arbola. Uno se llama Coreografías selváticas, una pieza escénica que surge de la inquietud por los movimientos y por las formas de vida vegetal. Ella dice que la ha creado en diálogo con plantas. “Ha sido una voluntad vegetal la que me ha llevado a hacerla”, explica. “Busco integrar, actualizar y situar la producción de saberes ancestrales y contemporáneos a través de las pláticas con plantas”, señala. Se basa en “gestos, estados y transformaciones del cuerpo que tienen lugar en esa relación entre el ser humano y las plantas”. a través de una experiencia que ha hecho los últimos 15 años con prácticas tradicionales de comunidades de la selva alta del Perú. También se nutre de estudios de antropología, rituales y contactos con pensadoras. Se presentará el 8 de mayo en el Condestable. Adriana Reyes, además, pondrá en marcha un laboratorio que se llama Algo que no sabemos que sabemos pero sabemos: La lavanda, los días 2, 9 y 16 de mayo en Antartika. Será un laboratorio que generará una comunidad temporal que participa en una serie de rituales colectivos e individuales. Marco Ranieri es un artivista e investigador cuyo trabajo se basa en el diálogo con el territorio y sus habitantes. “Mi trabajo consiste en generar espacios efímeros de diálogo y socialización para permitir y facilitar las vinculaciones entre las personas”, explica. El proyecto que va a realizar en Arbola se llama Todo lo que crece, los días 16, 23 y 30 de abril y 7 de mayo en Piparrika Huerto Comunitario. Es un proyecto itinerante, para realizarlo en pueblos pequeños y barrios con vecinos llegados de pueblos. “La intención es realizar un proceso de investigación participativa alrededor de lo que son los conocimientos botánicos locales tradicionales y subalternos”, explica. Durante los encuentros intergeneracionales e interculturales se merendará y las personas compartirán sus vivencias y conocimientos alrededor de las plantas. “Podrán aportar dibujos, pinturas, textos, cartas, pero también esquejes, semillas, recetas o plantas compañeras”, apunta. Así, se generará un herbario participativo con técnicas de estampación botánica y con el resultado harán acciones y una intervención artística colectiva que se verá del 26 de abril al 7 de mayo en el Condestable.

Arbola, el arte vuelve al bosque

La segunda edición del festival presenta una treintena de actividades hasta el 18 de mayo en torno al arte, la ciencia y la cultura vegetal

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