Cinco años de Covid
Marcados por aquel encierro en casa: ocho personas que viven en Pamplona recuerdan el confinamiento
Mujeres, hombres, jóvenes, mayores... El confinamiento marca los recuerdos de la sociedad navarra sobre la pandemia

- Ikomar Oteiza Pierola
- Alba Cidoncha Sádaba
Hay personas que huyen de este recuerdo cuando se les pregunta. No hace mucho que vivimos unos meses entre cuatro paredes, algo que ahora parece muy lejano. Se cumplen cinco años desde que comenzó la pandemia de la covid, y palabras como silencio, incertidumbre o miedo son las que han quedado en el imaginario colectivo. Son las que vienen, por ejemplo, a la mente de Esther Vidal. “La recuerdo con mucha tristeza, porque no sabíamos qué era. También con impotencia”, rememora. Aunque, como muchas otras personas, reconoce que estuvo entretenida. “Estaba en casa, pero hacía ejercicio, o videollamadas con la cuadrilla y nos tomábamos algo, como si estuviéramos juntos”, cuenta. Eso sí, reconoce que la primera vez que pudo por fin salir y encontrarse con ellos fue “una fiesta nacional”. También tienen un recuerdo agridulce Diego Gil Oteiza y Alicia García Martínez, compañeros de Derecho en la Universidad Pública de Navarra. “El primer recuerdo que tengo de la pandemia es nubloso y bastante malo, pero en realidad también bastante bonito porque me permitió pasar tiempo con mi familia, mi hermano y mis padres”, cuenta Alicia García.
“Cuando pudimos salir y llegó el verano, fue genial, porque nos centramos más en disfrutar y aprovechar de lo que teníamos, no tanto en pensar en cosas materiales o ir de viaje a no sé dónde”, termina Diego Gil.
¿Con qué sentimiento resume la pandemia?
OSKAR GÓMEZ PALEO, CARNICERÍA OSKAR DEL MERCADO DEL SEGUNDO ENSANCHE DE PAMPLONA
Cuando el confinamiento se oficializó, el carnicero sintió incertidumbre por su negocio. “A las 3 de la mañana venías a trabajar y no había nadie por las calles”, recuerda. Después comenzó a desplazarse a las casas, aunque piensa que eso “reforzó la relación con los clientes”.
SONIA PASCUAL FERNÁNDEZ, CARNICERÍA SOHO DEL MERCADO DEL SEGUNDO ENSANCHE DE PAMPLONA
A esta carnicera el confinamiento le pilló jugando al mus con sus amigos. “Tenéis que iros a casa”, les comunicó la policía. Nunca olvidará aquel primer lunes de trabajo. “Bajé a la calle y el silencio sepulcral me abrumó, la situación me superó y me eché a llorar”, recuerda ahora.
JOAQUÍN SARO MARCELLÁN, ESTUDIANTES Y JUGADOR DE BALONMANO
La noticia llegó con su cumpleaños. Ya no tendría más clase. Estaba en 4º de la ESO y siguió comunicándose con sus amigos por videollamada, aunque no olvidará el abrazo de reencuentro. Lo que más le costó fue “dejar de entrenar a balonmano”, habitual en su rutina.
DAYANA GALDEANO QUIROGA, ESTUDIANTES DE TRABAJO SOCIAL EN LA UPNA
Ahora estudia Trabajo Social, pero durante la pandemia cursaba 3º de la ESO. Recuerda con especial cariño la salida del confinamiento: “Sentir otra vez esa libertad que me había sido de alguna forma arrebatada y la tranquilidad de que las cosas se terminan arreglando”.
ALICIA RUIZ, JUBILADA Y AMANTE DE LA LECTURA
La lectura le salvó de la soledad de la pandemia. Los meses sin salir de casa le hicieron descubrir al escritor Antonio Muñoz Molina, cuyos libros le acompañaron en cada día. Y el rato de la compra por las mañanas le sirvió “de vía de escape” para superar esta situación.
OLAIA FERNÁNDEZ DÍEZ, ESTUDIANTES DE TRABAJO SOCIAL EN LA UPNA
“El primer recuerdo que viene a mi mente es, sobre todo, ansiedad y soledad. Pasaba mucho tiempo sola en casa y eso me agobiaba bastante”, explica. Añade: “Me sirvió bastante para madurar. Fue como un choque de realidad de, oye, que como comunidad hay problemas más importantes”.
DIEGO LABORDA LÓPEZ, CARNICERÍA SOHO DEL MERCADO DEL SEGUNDO ENSANCHE DE PAMPLONA
Aunque recuerda la pandemia muy bien, escoge la palabra miedo. “Nos pilló en la casa del pueblo, con jardín y piscina, toda la familia reunida. De ahí no salimos”, cuenta. Y especifica: “Miedo, porque no sabíamos qué iba a pasar y no teníamos información de nada”.
MARIE TEXTORISOVÁ, ESTUDIANTE DE ERASMUS DE LA REPÚBLICA CHECA
Pasó la pandemia en su país, República Checa. “Fue horrible, no podía ver a mis amigos ni ir a la escuela”, sentencia. Marie vivió durante ese tiempo con su familia: “Sin ellos, no podría haberlo hecho”, y aunque ella no contrajo el virus, sus padres sí, y “lo pasaron muy mal”, termina.

