Santos Induráin no olvida aquel 29 de febrero de 2020 en el que le notificaron el primer positivo de coronavirus en Navarra: una mujer de 38 años que había asistido a un encuentro religioso en Bélgica. “Mi marido -relata- tenía que desplazarse en ese momento con mi hija a la Clínica San Miguel porque se había roto el ligamento en un accidente deportivo y yo tomaba el camino del Complejo Hospitalario. Me acababan de confirmar el caso de esta mujer y su situación de gravedad obligó a ingresarla en cuidados intensivos”. Mientras lo rememora, Santos Induráin contempla sobre la mesa la página de Diario de Navarra de aquella fecha, con la fotografía publicada a cinco columnas de la rueda de prensa que ofreció junto al equipo directivo de Salud y donde anunciaron aquel primer caso. Inauguraba aquella tarde de sábado sus más de 200 intervenciones públicas en pandemia.
“Recuerdo -hila Induráin- una sala con muchos periodistas. Lo primero que había hecho era llamar a la presidenta del gobierno y decirle: ‘presidenta, tenemos el primer caso de coronavirus’. Ante todo, yo tenía una gran preocupación por aquella mujer ingresada, independientemente de otras cuestiones, como era el pensar en lo que nos venía encima. Entonces, ya intuía que el contexto había cambiado. La incertidumbre era enorme. Por eso, en aquel momento me parecía muy importante comunicar, informar. Teníamos que decir qué estaba pasando y decirlo de una manera transparente, no alarmista”, subraya.
En cuestión de pocas semanas, ya con el Estado de Alarma declarado y la población confinada en sus casas, llegó lo peor. Las urgencias se habían saturado de pacientes infectados y las noticias de las residencias eran alarmantes. Santos Induráin no ha olvidado las dificultades de aprovisionamiento de material sanitario en aquellos primeros momentos y cómo la adquisición de mascarillas y de test de diagnóstico, la mayoría venían de China, se acabó convirtiendo un poco en una “jungla”.
LOS DÍAS MÁS DIFÍCILES
Cinco años después, en la conversación mantenida en la sede del periódico, la pregunta periodística para Induráin es inevitable:
_¿Cuál fue el momento más crítico para el sistema sanitario? ¿Temió su colapso en algún momento?
_“Es incuestionable -admite la consejera- que el sistema sanitario llegó a estar muy tensionado, las cifras de la magnitud de la pandemia ahí están. Pero nunca -enfatiza- llegó a estar colapsado. Y ahí jugó un papel clave la potencia y fortaleza que tenía nuestro sistema sanitario público y, por otra parte, la complementariedad del sistema sanitario privado, ya que una de las primeras medidas que acometimos fue la integración de la atención sanitaria pública y privada bajo una misma coordinación”.
_¿Pasó usted momentos de bajón, no se planteó dimitir y dejarlo todo?, surge una nueva pregunta.
_“Nunca. No digo que no tuviera momentos de mucha preocupación, incluso dolorosos a nivel personal. Pero ni por asomo se me pasó por la cabeza dejarlo. Era consciente de que estaba al frente de un equipo de profesionales sanitarios y no sanitarios que lo estaban dando todo. Y también sentía el apoyo del Gobierno, de otros departamentos.... ¡Es que no nos quedaba otra que ir todos a una!”.
_¿No lloró en ningún momento?
_“Externamente -confiesa- lloré un momento. Un día que a la noche volviendo cansada de trabajar me detuve en la calle a escuchar los aplausos desde las ventanas. Al entrar a casa, mis hijos y mi marido me estaban esperando y me recibieron también con aplausos. Sí -continúa-, durante la pandemia vivimos todos emociones intensas y si no lloré más es porque hay una parte en nuestra profesión de contención emocional, aunque hubo enfermos y fallecidos con nombres y apellidos para todos”.
Junto a la respuesta sanitaria, Induráin recuerda que aquellos días hubo que tomar decisiones “muy difíciles” y “duras” como los confinamientos, los cierres perimetrales, las reuniones sociales, “pero el objetivo era salvar vidas”. “A veces -recuerda-, se nos pedía certidumbres ante ante esas decisiones, pero ni la ciencia, y menos en una situación así, podía dar muchas certidumbres, ni evidencias”. En todo caso, la consejera subraya que nunca se sintió sola y que siempre se intentaron tomar las decisiones “desde los consensos”. Cita como ejemplo la comisión consultiva para la transición, en la que estaban presentes las universidades, economistas e incluso un filósofo, que como este le reconocería a ella después pensó: ‘qué mal tienen que estar las cosas cuando me llaman a mi’. Induráin también destaca la creación de una comisión de decisiones éticas en el cuidado a los pacientes con covid y no esconde que hubo reuniones “muy duras” con algunos de los sectores económicos implicados que valoraban de modo “muy crítico” las decisiones que se tomaban.
LA SOLEDAD EN LAS CALLES
Una imagen que tiene grabada de aquellos días es la soledad en las calles. Tras la rueda de prensa diaria en el Palacio de Navarra, sin presencia de periodistas y por medios telemáticos, Santos Induráin regresaba a pie a su puesto de trabajo de Conde Oliveto. “Las calles estaban vacías, silenciosas, y los escaparates me llamaban la atención porque veía los mismos maniquíes día tras día, algo que ni en la peor película de ficción hubiera imaginado”.
Obviamente nadie sabía cómo manejarse ante una pandemia de semejante magnitud, no había referentes cercanos en el tiempo, y hubo que aprender sobre la marcha. “Ya en la primera fase identificamos aspectos que debían ser modificados a corto plazo. Me refiero a lo que tú has comentado -se dirige a Rafael Sánchez Ostiz- sobre la disponibilidad de sistemas de detección del virus, así como la coordinación sociosanitaria. Y creo que a partir de entonces la coordinación con Derechos Sociales fue crucial. Fruto de esa coordinación y del trabajo conjunto de los profesionales de ambos ámbitos, se creó unidad de atención sociosanitaria que aún sigue vigente. Eso supuso un gran avance”.
_“Totalmente de acuerdo -reconoce Sánchez Ostiz-. Como también fue un gran acierto los centros intermedios de derivación, a los que luego pudimos desviar personas desde las residencias que no estaban infectadas”.
_“Con la conversación -prosigue Induráin- me vienen a la cabeza otras cosas: el hecho de disponer de un hotel como el Iruña Park sanitarizado para que se pudiera dar de alta pacientes mediante hospitalización a domicilio. Me acuerdo que me dijeron: ‘Pero ¿cómo se montan dos plantas de un hotel?’ Al final, con la ayuda de los bomberos aquello se pudo hacer en muy poco tiempo.
EL ÉXITO DE LA VACUNACIÓN
Sobre la mesa se extiende una nueva portada de Diario de Navarra, la del 28 de diciembre de 2020, que plasma el inicio de la vacunación, cuando José Francisco Guerrero Cana, residente de El Vergel, se convirtió en el primer navarro en recibir una vacuna.
_“Recuerdo perfectamente la emoción de ver que estábamos ya en otro momento -sonríe Induráin-. Porque el coronavirus se había vuelto a hacer muy presente durante el otoño en las zonas básicas de salud y en las residencias y pasamos un otoño muy difícil y habíamos tenido que tomar de nuevo medidas muy duras. Y ahí, Rafael -se dirige a Sánchez Ostiz- una vez que estuvo disponible la vacuna se dio un ejemplo claro de lo que fue priorizar a las personas por su vulnerabilidad. La vacunación fue uno de los éxitos, de los puntos fuertes, de la pandemia. De no haber tenido unas tasas de vacunación como tuvimos, las consecuencias hubieran sido más terribles”.
Induráin no termina sin romper una lanza por la sanidad pública: “Tenemos una herramienta fabulosa para este reto y para otros que que vendrán, que es el sistema sanitario público y habrá que reforzarlo en algunos déficit que se han visto, como la vigilancia epidemiológica, además de seguir invirtiendo en innovación y formación”.
UNA IMAGEN GRABADA
“La soledad en las calles, vacías, silenciosas, con los mismos maniquíes en los escaparates día tras día, algo que ni en la peor película de ficción hubiera imaginado”
UNA LECCIÓN APRENDIDA
“Nuestra ciudadanía pasó por una situación muy difícil y fue la sociedad la que dio la vuelta a la pandemia junto a unos profesionales sanitarios y no sanitarios que realmente lo dieron todo”