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Fiestas

Solo pasa en Tudela

El adjudicatario de la plaza sacó al encierro de este domingo, sin previo aviso, a los toros de la corrida que dejaron 5 heridos

Ampliar El toro ‘Faneguero’, número 63 del hierro de Núñez del Cuvillo, protagonizó la parte final del encierro volviéndose en varias ocasiones, como en esta en la bajada al callejón
El toro ‘Faneguero’, número 63 del hierro de Núñez del Cuvillo, protagonizó la parte final del encierro volviéndose en varias ocasiones, como en esta en la bajada al callejónBlanca Aldanondo
Actualizado el 28/07/2024 a las 18:47
Imagínese que ha quedado con unos amigos para jugar una pachanga de fútbol en la plaza de su barrio y, cuando llega allí, se encuentra que en lugar de sus colegas le está esperando la plantilla del Bayern de Múnich al completo.
Pues algo así les sucedió este domingo a los mozos del cuarto encierro de las fiestas de Tudela cuando acudieron a las 8 horas pensando que iban a correr ante los toros de la ganadería de Las Ventas de Pedrola (Zaragoza) y, de buenas a primeras y sin previo aviso, se las tuvieron que ver con los morlacos de Los Espartales (Badajoz) y Núñez del Cuvillo (Cádiz), lidiados en la corrida mixta de la tarde.
La empresa adjudicataria de la plaza, Toros y Eventos Navarros, había anunciado antes de fiestas que los astados elegidos para las corridas del sábado y de ayer domingo no iban a corren los encierros matutinos para no arriesgarse a que algún astado se lesionara. Como el pliego con el Ayuntamiento no obliga a la empresa adjudicataria a sacar a los toros de la corrida en el encierro, esta reservó el sábado a los toros de la lidia y sacó a la carrera matutina a otros de otra ganadería.
Fue la primera vez que algo así pasaba en el encierro desde hacía 18 años, y este domingo estaba previsto que fuera la segunda..., pero la empresa sorprendió a todos sacando a la calle a los astados de la corrida de la tarde sin avisar al Ayuntamiento -organizador del encierro junto a la empresa-; ni a la Policía Foral y Local, cuerpos encargados del dispositivo de seguridad; y, lo que es más grave, ni a los mozos que se jugaron el pellejo ante unos toros a los que no esperaban enfrentarse ayer.
¿QUÉ PODÍA SALIR MAL?
Así las cosas, el encierro salió como salió, con unos toros que nunca habían estado en una situación así y que, seguramente, estaban tan sorprendidos como los mozos cuando los vieron aparecer por la Cuesta de la Estación.
Con unos morlacos ‘vírgenes’ en estas lides y unos corredores que no sabían lo que les esperaba..., ¿qué podía salir mal, verdad? Ya desde ese primer tramo de la carrera los astados empezaron a repartir derrotes y embestidas a diestro y siniestro.
La manada llegó partida a Camino Caritat en formación táctica de 2-1-1-2. El topetazo de los dos primeros astados con la curva de acceso a Almajares no sirvió para que los morlacos se compactaran en un grupo, si no que aún encendieron más los ánimos de los toros, que siguieron zigzagueando de lado a lado del vallado amenazando a los mozos.
Todos los intentos por alcanzar a algún corredor fueron infructuosos..., hasta que la manada ingresó en la avenida de Zaragoza. Fue en el primer tramo de esta calle donde un mozo tropezó y quedó a merced de Ricardita, un toro negro mulato de Núñez del Cuvillo que no perdió su ocasión de lanzarle un derrote que mandó al mozo contra el vallado.
Unos pocos metros más adelante, otro joven cayó en la misma trampa al tropezar y caer sobre el asfalto tudelano. El mozo se levantó con la intención de regresar a la carrera, pero el otro negro mulato de la torada de Núñez del Cuvillo, de nombre Faneguero, se lo llevó puesto varios metros acunado sobre su testuz.
Por un momento, mozo y toro se fundieron en una ‘fraternal abrazo’ en el suelo..., pero no era momento para la lírica.
El joven huyó en cuanto pudo y el toro, despechado por el desplante, le buscó sin encontrarlo arremetiendo rabioso contra algunos de los corredores que le intentaron guiar hacia la plaza. Ya rezagado del resto de la manada, Faneguero tuvo tiempo de volverse en la bajada al callejón, pero los mansos escoba cumplieron a la perfección con su labor y condujeron al morlaco hasta el coso.
TRES ATENDIDOS EN EL HOSPITAL
Semejante encerrona a los corredores se saldó con 5 heridos, 3 de los cuales tuvieron que ser atendidos en el Hospital Reina Sofía de Tudela. Estos fueron A.B.A., de Artica y de 19 años, con luxación en el hombro izquierdo y policontusiones; S.P.R., de Huarte y de 32 años, con contusión en el coxis; y M.H.S., de Cascante y de 22 años, con contusión en la pierna derecha. Los otros dos atendidos fueron J.D.D. (Tolosa. 23 años), con una erosión leve en el brazo derecho; y un corredor que no facilitó sus datos a las asistencias sanitarias que presentó erosiones varias.
Allá por 1863, el poeta Gustavo Adolfo Bécquer visitó la Ribera y describió a Tudela como “un pueblo grande, con ínfulas de ciudad”. Desde entonces hasta hoy han pasado 161 años, y Tudela ha cambiado muchísimo. Pero con cosas como la ocurrida este domingo en el encierro parece que haya alguien que quiere darle la razón a Bécquer rebajando la categoría, al menos en este tipo de espectáculos, de la que es la segunda población de Navarra.
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