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Maneras de emprender

La exitosa aventura de un joven fisioterapeuta pamplonés

En tres años y medio, Daniel Ramos ha inaugurado dos centros de fisioterapia y abrirá un tercer en 2025, especializado en psicología

Ampliar El fisioterapeuta Daniel Ramos, en una de las consultas de su centro Theram de Azpilagaña
El fisioterapeuta Daniel Ramos, en una de las consultas de su centro Theram de AzpilagañaJESÚS CASO
Publicado el 07/12/2024 a las 05:00
Cuenta el fisioterapeuta pamplonés Daniel Ramos Ortega (1990) que hace unos días llegó a sus oídos que habían expuesto la historia y trayectoria de su negocio en un centro de emprendimiento. “No me lo creía. Resultó que el que daba la charla era nuestro paciente y conocía nuestra historia”, explica, todavía algo asombrado. Aclara que aunque arrancó “con mucho miedo”, el éxito de su negocio se debe, sobre todo, al equipo que ha conseguido formar. Tan solo seis meses después de abrir las puertas de su primer centro Theram tuvo que incorporar un segundo fisioterapeuta. “Y poco tiempo después fuimos 3”, recuerda. “Puedo hacer un trabajo excelente, pero si mis compañeros no lo hicieran, el negocio no se hubiera disparado como lo hizo en tan poco tiempo”, analiza ahora. En tres años y medio ha abierto dos centros de fisioterapia –Azpilagaña y Orkoien-, cuenta con una plantilla de seis trabajadores y prevé inaugurar un tercer local, especializado en psicología, junto a su hermana Eva en 2025.
Sin embargo los inicios no estuvieron libres de mucha incertidumbre e infinitas horas de trabajo, pero también de optimismo. Nada más terminar la carrera de Fisioterapia, Daniel abrió un pequeño negocio en el barrio de San Juan. Como todavía no contaba con una cartera de clientes amplia, tuvo que compaginar las horas de consulta con su trabajo como fisioterapeuta en otros centros. Pasó por Echauri, donde ejerció durante seis años, y por un centro deportivo de rehabilitación, en el que “tuvo que sacarse las castañas del fuego y ser autodidacta” para dar a sus pacientes el mejor servicio. La necesidad de aprender le llevó, además, a estudiar al mismo tiempo varios másteres para completar su formación.
Y, poco a poco, la cartera de clientes creció. Todavía no sabe si fue por la metodología de su trabajo, especializado en Terapia Manual Ortopédica, o por proporcionar un servicio integral al paciente. Aunque tiene claro que lo que de verdad diferencia sus centros es cómo se involucran con cada paciente. “Independientemente de que tengamos la cita, nos gusta mantener un diálogo por WhatsApp o por correo electrónico para saber cómo va sintiéndose el paciente y poder así adaptarnos a los cambios que puedan llegar”, detalla. “Es importante que se sientan atendidos muy rápido”, añade. También cree que ser expertos en ecografías y especializarse en terapias invasivas como la neuromodulación o la EPI (Electrólisis percutánea muscuoesquelética) –una serie de técnicas que actúan directamente sobre el sistema nervioso y aceleran el proceso de regeneración de los tejidos- les da ese “punto diferencial” que todo negocio necesita.
DE LOS PACIENTES, A LA EMPRESA
Eso sí, el boca a boca ha sido el ingrediente final en esta historia de éxito. “Cada semana llega alguien nuevo. Y al tiempo, suele traer a su tío, a su padre o a su prima”, explica Daniel cuando le preguntamos cómo crece el negocio. “Estar tan encima del paciente hace que lo agradezca muchísimo y nos recomiende”, aclara. “Todo eso ha hecho que empresas grandes nos vean y se fijen en nosotros para ofrecer un servicio de fisioterapia para sus trabajadores”, dice. Y la cartera de clientes todavía se ha engrosado más. Trabajan con Volkswagen, Mercadona o Macro, entre otras empresas. “Aquí cada paciente que viene derivado por una empresa es tratado como un paciente más. No trabajamos como mutua, y eso gusta”, explica.
AUNAR PSICOLOGÍA Y FISIOTERAPIA
Tras años pasando consulta, Daniel pronto se dio cuenta de que la terapia psicológica ayudaba en las recuperaciones traumatológicas. Al principio lo notó con pacientes con lesiones deportivas. “El proceso de recuperación iba muy bien, y de repente tenían una recaída. Le recomendábamos una sesión de psicología deportiva para trabajar en su estado de ánimo, y funcionaba”, cuenta. “Con el tiempo fuimos viendo que los aspectos psicológicos influyen mucho en las lesiones, y no sólo en caso de deportistas, también en personas que cuentan con un nivel de estrés alto y eso les deriva en una lesión traumatológica”, añade. Empezaron a trabajar en esa dirección y han encontrado la nueva vía de crecimiento del negocio.
Su hermana Eva Ramos, que es psicóloga, será la que tome las riendas del nuevo centro Theram, especializado en esta disciplina, en Iturrama. Su idea es formar una plantilla con cuatro psicólogos, un fisioterapeuta y un médico. “Hay que cambiar un poco ese tabú que existe en torno al hecho de ir al psicólogo , porque igual que tratamos una lesión, hay que tratar la mente, que es un órgano más y merece atención”, termina.
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